por APRA | May 10, 2016 | Pensamiento Crítico |
Por: Mario Bunge
Las pseudociencias, tales como la astrología y la quiromancia, siempre han sido populares, a menudo, mas que las ciencias. Ahora, cuando está de moda exigir que las universidades satisfagan la demanda del mercado, habría que enseñarlas abierta y sistemáticamente, en lugar de hacerlo solapadamente en las facultades de humanidades. El consumidor tendría que poder elegir libremente entre la Facultad de ciencias y la facultad de pseudociencias. Y el diploma debería autorizar a ejercer la profesión.
Esta idea no es mía ni nueva: hace casi un siglo Freud, el fundador de la pseudociencia más exitosa del siglo pasado, propuso un plan detallado de una Facultad de Psicoanálisis en la Universidad de Viena. Su plan de estudios incluía numerosos cursos de Psicoanálisis, mitología y literatura. Nada de psicología experimental ni de neurociencias, desde luego, porque quienes trabajan en esos campos tienen la nefasta manía de exigir pruebas.
El defecto del plan de Freud es que era unilateral: solo incluía el psicoanálisis. El mío es amplio y abierto: incluye todas las principales pseudociencias conocidas, así como las por inventar. En efecto, mi plan de estudios de la Licenciatura en Pseudociencias es el que sigue:
Primer año: Introducción a las pseudociencias, Historia de las pseudociencias, Astrología, Alquimia, Piramidología, Demonología. Trabajos prácticos: transmutación de plomo en oro; construcción de horóscopos; búsqueda de napas de agua mediante la horqueta; levitación; reconstrucción de una pirámide egipcia; entrar en contacto espiritual con un demonio.
Segundo año: Homeopatía, Naturopatía, Psicoanálisis freudiano, Numerología. Trabajos prácticos: manufactura de remedios homeopáticos para curar el cáncer; la diabetes o el mal de amores; identificar el complejo relacionado con la bisabuela materna; hallar el significado simbólico del número de Avogadro.
Tercer año: Psicoaálisis jungiano, Parapsicología, memética, psicología evolutiva, grafología, Seminario I. Trabajos prácticos: encontrar las sincronías entre sunamis y terremotos políticos; tocar la flauta a distancia; explicar la última de las 10.000 religiones registradas en EEUU como una adaptación del medio ambiente del Paleolítico; hallar el significado simbólico de los sueños de un terrorista notorio.
Cuarto año: Diseño Inteligente (ex creacionismo), astronomía de universos paralelos, Medicina holística, Genética egoísta, Psicoanálisis lacaniano, Derecho de ejercicio ilegal de la medicina, Filosofía de la pseudociencia, Seminario II. Trabajos prácticos: averiguar los designios del Altísimo cuando diseñó el piojo y la muela del juicio; averiguar algunos rasgos de un universo en el que fallen las leyes de la termodinámica; diagnóstico y tratamiento holístico del callo plantal; buscar el gen de la afición al fútbol, al póquer o a la pseudociencia; inventar trucos para evitar pleitos iniciados por clientes desagradecidos; elaborar una filosofía de la ovnilogía, la reflexología, el psicoanálisis o la memética. Los seminarios I y II se dedicarán a estudiar teorías o prácticas situadas entre la ciencia y la pseudociencia, tales como las teorías de cuerdas, del comienzo del universo a partir del vacío y de la elección racional.
Preveo que el empresario académico que se propusiera crear una Facultad de pseudociencias no tendría la menor dificultad en reclutar profesorado y alumnado, sobre todo por cuanto en este campo no caben pruebas de idoneidad. Tampoco tendrá dificultad alguna en formar una biblioteca especializada en pseudociencias, como puede comprobarse visitando cualquier librería. Pero seguramente el empresario tendrá que hacer frente a la competencia de de las facultades de ciencias, medicina e ingeniería.
En ese caso podrá recurrir a los argumentos siguientes, que ofrezco sin cargo:
Primero: la libertad académica incluye la garantía de enseñar cualquier cosa, incluso, que dos mas dos es igual a siete, y que la tierra es plana.
Segundo: puesto que la ciencia es falible, es posible que la pseudociencia de hoy sea la ciencia de mañana.
Tercero: en la época posmoderna todo es relativo, no hay verdades objetivas no es necesario poner a prueba lo que se conjetura.
Cuarto: el tiempo es oro y se lo ahorra aprendiendo una pseudociencia en lugar de una ciencia.
Quinto: el instrumental que necesita la investigación experimental se está haciendo tan costoso, que incluso en los países más poderosos les convendría cultivar disciplinas que no requieren experimento alguno.
Sexto: la universidad posmoderna es una empresa , y como tal tiene el derecho y el deber de suministrar los productos que demande el consumidor.
Séptimo: en ciertos paises ya funcionan facultades de humanidades en las que no se enseñan sino dosctrinas posmodernas (p.ej., que a historia es una rama de la literatura) y facultades de psicología en las que se enseña exclusivamente el psicoanálisis. La Facultad que propongo no hace sino generalizar y proclamar abiertamente lo que otras hacen en forma estrecha y solapada.
Estos argumentos me parecen impecables. Solo me asaltan tres dudas. Primera: ¿se legitimizan el autoengaño y la estafa al enseñarlos en la universidad? Segunda: ¿es necesario que la universidad deje de ser el principal taller de búsqueda de verdades? Tercera: dado que el derecho al macaneo es uno de los derechos del hombre, ¿por qué exigir diploma para ejercerlo?
Del libro “100 ideas”
por APRA | May 3, 2016 | Pensamiento Crítico, Seudomedicinas y aguas milagrosas, Sin categoría |
Por: Frank Tocco
Muchos estudiantes están interesados en estudiar tópicos no convencionales. Existen estrategias para trabajar con estos estudiantes que incrementan sus aptitudes críticas y razonamiento analítico sin desencantarlos con la ciencia y las disciplinas tradicionales.
Como profesor de ciencias en un programa interdisciplinario para no graduados, suelo encontrar estudiantes que quieren estudiar tópicos que muchos de mis colegas encontrarían no académicos y ciertamente no científicos, como astrología, reiki, canalizaciones, tarot, homeopatía y percepción extrasensorial. ¿Qué puede hacer un profesor, trabajando en la tradición científica occidental, con ese tipo de solicitud?
Una posibilidad es explicar claramente al estudiante que esos tópicos “no son ciencia”, y que no irán a aprender nada investigándolos. Pienso que esto no lleva al estudiante a ningún lado y que es el tipo de actitud que hace que muchos de ellos teman afrontar intereses no convencionales. Esta posición también refuerza la incredulidad de los estudiantes en la ciencia, en los profesores y en la academia, una actitud que no será rebatida en los libros de tópicos no convencionales que ellos eligen.
Pocos años atrás, dejé de combatir a la “Nueva Era” en la educación. Me pregunté a mí mismo si habrían caminos a través de los cuales podría convertir la curiosidad de los alumnos en una ventaja académica. Estos estudiantes venían a mí con una enorme curiosidad y entusiasmo por estudiar e investigar. ¿Cómo podría yo maniobrar para convertir este interés en trabajo académico creíble, que también apareciera creíble y académico a mis colegas? Encontré que si encauzaba su entusiasmo creativamente, sería una oportunidad para que estos estudiantes puedan empezar a aprender ciencia, el método científico y el pensamiento crítico.
Desde entonces, he tratado de ayudar a los estudiantes a tomar materias en las cuales ellos estén interesados independientemente de cuán excéntricos puedan parecer desde el punto de vista de la academia tradicional. Los ayudo a convertir sus intereses en estudio tradicional eligiendo una aproximación analítica con la cual ambas partes queden satisfechas. A veces es fácil, pero otras tamtas se necesita de bastante creatividad. Mi primer paso consiste en preguntar a mis estudiantes si desean que su trabajo sea creíble. Para muchos, esta es una cuestión central, debido a que ellos podrían estar interesados en practicar la disciplina que desean estudiar. Para otros esto puede ser reemplazado por sus profundas creencias. Típicamente la cuestión de la credibilidad comienza a alentar una apertura hacia la idea de expandir su trabajo.
¿Es creíble estudiar materias extrañas?
Aún cuando los estudiantes deseen intensamente investigar tópicos no-convencionales, están a menudo desprevenidos de que podría no ser posible obtener créditos por estudiar estas áreas leyendo los libros y artículos escritos por sus “practicantes” y proponentes. Tal como están definidas por sus “creyentes”, esas áreas no son académicamente admisibles por las instituciones y facultades acreditadas.
Una estudiante me preguntó acerca de su tópico “Terapia de Polaridad”. Le dije que podría tomar cursos en la American Polarity Therapy Association (APTA), ya que lugares como éstos eran “legítimos y respetados” en un muy estrecho espectro de Universidades. Las universidades acreditadas establecen que lo enseñado en esas clases, aunque abierto a la crítica y corrección, es equívoco y no aplicable. Es lo mejor a lo que ha llegado el modelo analítico occidental, a través de completas investigaciones. Si alguien desea investigar algo no convencional, el desafío es transformar este estudio en algo riguroso y académico.
¿Cómo podemos conseguir esto? Una aproximación inicial es observar la materia no ortodoxa, a través de los lentes de una disciplina establecida, usando las bases epistemológicas y metodológicas, así como los estándares del sistema. Con este procedimiento, cualquier tema puede ser examinado y se convierte en creíble para los estándares académicos tradicionales. Por ejemplo, si observamos a la Terapia de Polaridad (TP) a través de los lentes de la historia, sociología o psicología, podemos usar estas disciplinas para prestar su credibilidad a nuestros estudios, haciendo legítimas preguntas investigativas tales como: ¿Cómo se originó la TP? ¿Hay diferencias demográficas en los pacientes que usan TP? ¿Las modalidades alternativas médicas satisfacen a los pacientes de maneras en que la medicina alopática no lo hace? Los estudiantes están frecuentemente intrigados por preguntas escolásticas relativas a sus intereses no convencionales.
Esta aproximación es útil en programas interdisciplinarios, donde los estudiantes necesitan créditos en una variedad de áreas. En mi trabajo, primero uso el estudio de las ciencias para conocer los criterios convencionales. En este caso, la cuestión podría ser: ¿Son las técnicas del TP científicas? ¿Cómo se compara la TP con técnicas médicas científicamente establecidas? Incluso los estudiantes que afirman que ellos “no están de acuerdo con la ciencia” son pasibles de hacerse estas preguntas para justificar sus creencias. La idea básica es proveer a los estudiantes de un método para examinar su tema como una persona objetiva y ajena a la materia, libre de inamovibles preconceptos inherentes a la exploración de un tema desde una perspectiva muy cercana.
Usando una lista de libros en oposición
Después de establecer una disciplina investigativa y sus correspondientes preguntas, se insta al estudiante a leer la literatura escéptica de su tema en cuestión. Son libros que pueden ofrecerles una desafiante perspectiva desde la cual examinar los tópicos no convencionales, profundizando sus estudios. Es útil hacerles leer algo que aparezca en un rango amplio del pensamiento crítico: cómo éste se aplica a las ideas no convencionales (ej, Gilovich 1991; Randi 1982; Schick y Vaughn 1995; Shermer 1997), aunque a veces es difícil para los estudiantes no orientados hacia la ciencia el fortalecer sus visión de las cosas a través de este tipo de textos. Como mis estudiantes trabajan todos en estudios independientes, y no en una clase, no tienen un instructor disponible inmediatamente para ayudarlos en el terreno intelectualmente difícil. En este caso, artículos específicos extraídos de antologías (ej., Frazier 1991) o artículos reimpresos de periódicos escépticos son más útiles.
Este material puede ser a menudo un ataque frontal a sus creencias, lo cual ayuda sólo con algunos estudiantes. Después de todo, la mayoría de ellos están interesados en probar que sus tópicos no convencionales tienen méritos académicos y validez última. En este caso, altero la aproximación, usando una antigua estrategia retórica para crear un argumento. Les explico que, curiosamente, los artículos y libros escépticos en realidad incluyen visiones potencialmente corroborativas acerca de las ciencias no ortodoxas. Estos recursos escépticos son un buen lugar para probar tópicos no convencionales, dejando a los “debunkers” hacer la investigación de fondo. Digamos que usted esté interesado en canalización y ha leído los artículos de Martín Gardner ha escrito sobre el tema. (ej., Gardner 1996). Por supuesto, el sentido de su retórica será en el sentido de desafiar a los médiums y canalizadores, sin embargo, para hacer esto más efectivamente , el autor primero explicará todo acerca de ellos, incluyendo la historia de la canalización, biografías de famosos canalizadores y sesiones de canalización sin explicar; porqué los canalizadores piensan que la canalización funciona, historias acerca de fraudes de canalización, ex canalizadores que han explicado canalizaciones fraudulentas, magos que han reproducido las técnicas de los médiums y psíquicos, y – muy importante – cualquier célebre o controversial – resultado que provenga de laboratorios convencionales. Todo esto sera seguido por citaciones de libros y artículos donde se podrán seguir sus fuentes.
Si los estudiantes están seriamente interesados en la canalización, Gardner quizá los salve de un frustrante día de búsqueda de libros básicos. Pueden repetir este proceso para casi cualquier tópico no convencional. Aún cuando estos autores escépticos frecuentemente demuestran la falsedad de estos temas, algunos de ellos son hallazgos hechos por científicos en reputados laboratorios de universidades. Los resultados de la investigación pueden ser interpretados de varias maneras y la metodología puede ser verificada o discutida. No hay razón por la cual un estudiante no pueda encontrar estos artículos y citarlos en respuesta a los escépticos.
Algunos educadores pueden protestar que estos estudiantes leen estos materiales por razones erradas. En mi experiencia, sin embargo, los estudiantes gradualmente cambian la manera de ver sus tópicos. Un individuo podría no alterar sus creencias fundamentales en la eficacia de la canalización, pero aprenderá que su verdadero valor y aplicabilidad no son obvios, y que el fenómeno puede ser simplemente causado por desconocidas causales naturales (ej. una imaginación muy activa). Esto lleva al estudiante a posteriores estudios. Más importante aún, los estudiantes, usando reportes escépticos y análisis en oposición y en apoyo a sus hipótesis, se han involucrado en el proceso de investigación.
Una vez que los estudiantes comienzan su investigación, es importante que salgan de la opinión de creyentes hacia una referencia académica.
La simple aparición de una información en un libro no significa que uno pueda acompañar la opinión o investigación y sustanciar con ello su posición. Por ejemplo, los estudiantes pueden citar la Biblia pueden ser usados agregándosele refutaciones y revisiones críticas. Esta distinción entre referencias válidas e inválidas pueden desanimar a los estudiantes que crean estar en el canal investigativo correcto, sólo para descubrir que sus fuentes son de dudosa reputación. para apoyar su tesis acerca de la existencia de, y aunque esto pueda comprar una minoría de lectores, los más no le darán valor como evidencia. Los libros que los académicos no encuentran creíbles
La conversación de Sandy con su pececito dorado
Sandy es una mujer intensamente interesada en la naturaleza y los animales. Trabaja en en un centro natural donde su trabajo consiste en llevar gente a caminatas y mostrarles la vegetación local, animales y la ecología del sitio. También es una persona que cree fervientemente que la gente puede comunicarse con los animales y que ellos, los animales, tienen algo interesante que contarnos acerca de nosotros mismos. Sus escritos a menudo incluyen anécdotas describiendo conversaciones con su pececito dorado.
Cuando pregunté a Sandy si ella deseaba aparecer como “creíble”, pude ver sus ojos brillar. “Por supuesto,” respondió. Debido a su experiencia con el público ella sabía cuán difícil es explicar las ideas en las cuales ella creía tan sinceramente. No fue difícil animarla a leer autores escépticos, así ella conocería “El otro lado de la historia”. Le sugerí leer a Schick y Vaughn “Cómo pensar sobre cosas extrañas: Pensamiento crítico para la Nueva Era”.
En una discusión informal en el medio del semestre, algunos estudiantes, todos envueltos en estudios no convencionales estaban sentados discutiendo los libros que habían leído. De pronto Sandy se lanzó a un histérico ataque contra “Schick and Vaughn”. Orgullosamente comentó a los demás que había leído todo el libro y continuó diciendo “Estaba tan frustrada. Quería decirles una o dos cosas a los tipos.” Estaba sentada en mi sofá y lo decía en voz alta, “Schick and Vaughn, ¿ustedes creen en algo? Muchas veces tomé mi bolígrafo y escribí cosas en el margen: sí, Schick and Vaughn, me gustaría verlos probar algo”.
Todos reímos de su arenga, pero yo sonreía contento en mi interior. Sandy estaba irritada por el libro, y probablemente no había recibido el mensaje completo que los autores desean transmitir, pero se había involucrado intensamente con el libro y sus ideas. Había sido un libro de tareas interactivo para ella, y sus lecciones y precauciones acerca de examinar creencias extremas se conviertieron en partes sutiles de su perspectiva, obvias en sus ensayos y análisis.
“¿Por qué debo guiarme por los escépticos?”
Esta frase es la forma en que un irritado estudiante, que trabajaba en Medicina Tradicional China, se quejaba acerca de considerar el punto de vista escéptico. Yo tenía dos inmediatas respuestas. Primero, se consigue a través de investigaciones una indicación de las debilidades de la materia en cuestión, así como las de las afirmaciones de los proponentes. Segundo, eso ayuda a establecer la credibilidad.
“¿A quién?” preguntó, como él no deseaba argumentar acerca de conceptos y energias que el consideraba no medibles. Le sugeri que habria muchas situaciones en su futuro en la que conocer la ciencia, el criticismo y el espectro completo de ítems detrás de su materia no convencional le sería de gran ayuda. Por ejemplo : 1) Con clientes que están tratando de elegir entre terapias no convencionales y medicina ortodoxa; 2) En congresos profesionales donde se hacen críticas a las investigaciones; 3) Al escribir ponencias; 4) Como protección, por si algún día alguien con poder decide que la modalidad no convencional que se practique es peligrosa y declarada fuera de la ley (suelo dar el ejemplo de las hierbas, bajo control gubernamental); o, 5) Para prepararse él mismo para entrevistas en los periódicos o radios.
Los mencionados son foros que no son usuales a los estudiantes en su situación presente pero que probablemente lo serán si permanecen en su campo no convencional.
Evidencia fuerte
Una vez una estudiante me dijo que ella no estaba interesada es discutir con escépticos, pero que ella quería encontrar “evidencias fuertes” para sus creencias, en este caso astrología. Yo concordé con ella que a mucha gente no le gusta asumir una postura adversa. Le precisé que ella no necesitaba estar familiarizada con todos los asuntos, aserciones, contraaserciones alrededor de la astrología para poder debatir con los escépticos. Revisar críticamente aserciones no ortodoxas no pasa, necesariamente, por el argumento, sino por la comprensión completa de lo que uno investiga, de modo que uno pueda articularlo clara y competentemente.
Los estudiantes se preocupan al incluir en un ensayo el punto de vista escéptico porque debilitaría sus posiciones frente al lector. En realidad, tendrá el efecto contrario. Incluir puntos de vistas dispares indicará que su investigación ha sido profunda, y que no ellos no temen los datos controversiales y disconformes. En la mayoría de los ensayos, no es necesario refutar completamente las hipótesis escépticas. Simplemente reconociéndolas, adicionará fuerza al argumento del alumno.
Le dije a la estudiante interesada en astrología que si ella estaba realmente comprometida con la búsqueda de “evidencias fuertes”, entonces no podía evitar examinar las perspectivas escépticas. Son los escépticos los que tratan de “ablandar” la evidencia no convencional. Por ejemplo, ella quería citar a un investigador astrológico. Le sugerí que lo haga y cite sus datos, opiniones y descubrimientos, pero que no lo tome en forma directa y literal. Hay que hacer algunas preguntas de escrutinio: ¿Es su trabajo refutable? ¿Cómo sabes qué lo es? ¿Cuáles son las razones por las cuales los escépticos cuestionan sus resultados? Si un estudiante está buscando una evidencia substanciosa, no puede evitar estas preguntas. Es la diferencia entre decidir que algo parece correcto, y saber que está correcto.
Mirar el lado escéptico de las cosas no debe alejarle al estudiante de su interés o trabajo primario. La pesquisa escéptica no debe ser algo que reconduzca al estudiante de su pasión; en cambio, debería enriquecer su trabajo. Aunque algunas veces la investigación nos exige examinar cosas que parecen llevarnos lejos del campo de estudio, es al final útil si este trabajo y tiempo nos ayuda a fortaceler nuestro análisis. Cuando sugiero a un alumno que mire el lado escéptico de las cosas, yo quiero decir: 1) Leer un artículo acerca del tema, escrito por un autor crítico; 2) Entrevistar a un investigador que no está de acuerdo con el enfoque del alumno; 3) Dar una mirada a algunos de las objeciones generales a las modalidades no ortodoxas; o 4) Leer un libro que los ayudaría a pensar críticamente acerca de tópicos no convencionales. Esto no es un compromiso extenso, sino simplemente un comienzo.
El señor Alablanca: apertura hacia lo no convencional
Trato de enfatizar con los estudiantes que tratan estudios no convencionales que traten su trabajo como cualquier proyecto convencional. Al hacer esto les dejo saber que estoy consciente de las complejidades del mundo que compartimos. Ocasionalmente, es provechoso resaltar situaciones donde vos, como instructor, estás enfrentado a un mundo misterioso, y luego sugerir las explicaciones ordinarias que estás considerando. La siguiente historia ayudó a una de mis alumnas, que estaba estudiando la inteligencia de los cuervos, a entender que yo podía relacionar sus ideas, y también formar explicaciones alternativas para fenómenos aparentemente inexplicables. Le dije:
“Estaba sentado, leyendo en la librería de física. En realidad, estaba mirando afuera, donde dos cuervos saltitaban en el estacionamiento. Uno de ellos giró hacia un lado y noté que tenía una visible zona blanca de plumas en la punta del ala. Cuando se dio la vuelta, noté que tenía la correspondiente zona en la otra ala. Cuando esta inusual ave voló, sus hombros dejaban un patrón asombroso de blancas pecas.
Días después, estaba en un edificio diferente, sentando en mi oficina, leyendo tu ensayo sobre la inteligencia de los cuervos. Vos afirmaste que, incluso sin evidencia científica, te dabas cuenta de ciertas cosas sobre los cuervos por intuición. Mientras leía, marcaba lugares donde yo pensaba que debías haber proveído evidencia corroborativa. Murmuré, ‘No, esto no sirve’ o ‘Esto no es convincente’, anotando mis comentarios al margen. De pronto, levanté la mirada y hacia fuera de mi ventana, la cual da sobre algunos techos. Allí estaba el Sr. Alablanca, sin equivocación alguna, posado sobre el techo afuera, ¡mirándome a través de la ventana! Se paseó por el techo un rato, como si no quisiese que me olvidara tan rápido de su presencia”.
Mi estudiante quedó impresionada por esta anécdota extraordinaria. Sin embargo, como le conté después, descubrí que el departamento de ornitología en el campus estaba marcando los cuervos de esa manera para poder seguirlos. No era coloración natural, y tal vez, ni siquiera el mismo Sr. Alablanca en mi ventana. Es útil para demostrar que tu intelecto puede ser amplio al pensar acerca de los límites entre lo real y lo imaginario, pero que la línea entre magia y ciencia no es siempre imposible de distinguir.
Hay algunos estudiosos, sin embargo, que creen que la demarcación entre la ciencia y la magia es completamente ambigua. En este punto de vista, ciencia es una narrativa, similar a cualquier mitología cultural. Esta crítica de la ciencia es un acercamiento para ser usado por estudiantes con estudios no convencionales en sus análisis. Después de todo, si la ciencia misma es construída sobre una fundación insegura, ¿cómo puede hacer alguna demanda epistémica en lo que ella clasifica como pseudociencia? Desafortunadamente, esta observación intelectual provocativa, a parte de ser confusa para muchos estudiantes, puede convertirse desesperanzadamente relativista, lo que es últimamente inútil para estudiantes que buscan credibilidad. Es necesario guiar a los alumnos con cuidado a través el camino de la desconstrucción científica, de modo que toda la teoría y pericia Occidental no sea abandonada.
Cariño pedagógico
Para aquellos de nosotros que hemos trabajado felizmente con ciencia y pensamiento analítico por años, es difícil de darse cuenta cuán frustrante puede ser para los alumnos el mirar ideas desafiantes. Los estudiantes pueden resistirse a opiniones que tienen el potencial de molestar su visión del mundo; aun si ellos se entregan a la búsqueda, puede llevar a descubrimientos molestosos acerca de ellos mismos y su mundo. Como educadores, es importante trabajar con estudiantes en un modelo orientado a procesos y desarrollos
No ayuda ser condescendientes o peyorativos con sus creencias profundas, aun si esas creencias parecen totalmente absurdas. Cualquiera que ha trabajado con alumnos que sostienen visiones no convencionales, o que creen en modalidades de cura aparentemente inútiles, sabe lo mucho que ellos sienten estas ideas. Es importante darse cuenta que los estudiantes que siguen tus sugerencias, pueden experimentar una crisis existencial menor. De repente no sabrán qué creer, y muchas de las cosas en las que ellos basaron sus vidas podrán verse inseguras.
Te corresponde, en esos momentos, ser un aliado.
Estudiando cosas que no existen
Es común entre los estudiantes acercarse a los educadores de ciencia con la intención de estudiar un fenómeno que el instructor no cree que exista. ¿Dónde esto te deja como guía en esta expedición académica no convencional? Recordá evitar la tentación de tratar de desconvencer a los alumnos de las cosas en los que ellos creen. El objetivo es compartir un proceso de pensamiento y cuidadosa investigación. Las preguntas y críticas de un instructor deben intentar fortalecer el enfoque del estudiante, no destruir su entusiasmo.
Tuve una vez una estudiante interesada en la astrología que me dijo, “esos científicos y escépticos son de mente cerrada, nunca cambian su opinión”.
Yo le respondí, “pero vos no sos de mente cerrada, ¿verdad?”
“Por supuesto que no. Yo no soy una científica”.
“Entonces, ¿estás dispuesta a cambiar tus creencias? ¿Estás abierta a la idea de que, quizás, la astrología es solamente mucho de pensamiento deseoso?
Ella pensó acerca de esto por un largo tiempo y finalmente dijo, “sí, supongo que eso es verdadera apertura mental”.
Yo había resaltado que si ella era verdaderamente de mente abierta, leería las objeciones escépticas a la astrología, y trataria de llegar a una decisión imparcial acerca de sus méritos. Esta es la intención fundamental de la buena ciencia.
Sin embargo, la apertura mental solamente funciona cuando es bidireccional. Para la mayoría de los estudios no convencionales, no existe una solución clara y completa a las preguntas que los estudiantes plantean. Lo mejor que podemos hacer como educadores es ayudarlos a trabajar y pensar diligentemente acerca de sus temas, así cuando sean retados por una objeción escéptica podrán dar una respuesta educada.
Agradecimientos
Quisiera agradecer a Judith Beth Cohen y Marjorie Farrell por comentar y revisar este escrito.
Referencias
- Frazier, Kendrick (Ed.). 1991. The Hundredth Monkey and other Paradigms of the Paranormal. New York: Prometheus Books.
- Gardner, Martin. 1992. Marianne Williamson y `A Course in Miracles’ Skeptical Inquirer 17(1), Fall: 17-23.
- Gilovich, Thomas. 1991. How We Know What Isn’t So: The Fallibility of Human Reason in Everyday Life. New York: The Free Press.
- Randi, James. 1982. Flim-Flam: The Truth About Unicorns, Parapsychology, and Other Delusions. New York: Prometheus Books.
- Schick, Jr., Theodore, and Lewis Vaughn. 1995. How to Think About Weird Things: Critical Thinking for a New Age. California: Mayfield Publishing Company.
- Shermer, Michael. 1997. Why People Believe Weird Things: Pseudoscience, Super-stition, and Other Confusions of Our Time. New York: W.H. Freeman.
Acerca del autor
Frank Trocco lidera estudiantes a los placeres y complejidades de la ciencia controversial, pensamiento crítico y escepticismo en el Lesley College, Massachusetts, y Vermont College, Vermont. Puede ser encontrado en: RFD#2, Box 801, Montville, ME 04941. E-mail: ftrocco@acadia.net
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