Vividores de la politiquería

Por: Ricardo Montanía

 

EMAIL ANONIMO.

Ya desde los primeros tiempos del “cristianismo”, este fue muy bien definido por escritores romanos: “Una nueva y maléfica superstición”, “Una superstición desenfrenada y perversa”. Les escribo desde Costa Rica, un pequeño país de América Central, de “herencia española”, y por lo tanto, con “intelectualidad que huele a sacristía”, para robarle una expresión al escritor español Abel Paz. En Costa Rica se han dado una serie de sucesos que revelan la podredumbre de las sectas cristianas, como el tal Pastor Zacarías, un descarado estafador encarcelado por abusos sexuales contra feligresas, mientras que supuestamente les “sacaba el diablo”, les introducía el pene desvergonzadamente.

Otro caso, más sonado por tratarse de la “mayoritaria” secta católica, fué el del padre Minor Calvo, un fanaticoide de la peor especie y metido a “empresario radiofónico”. Llegó al atrevimiento de amenazar con violencia física si se exhibía la película ” La Ultima Tentación de Jesucristo”. A base de contribuciones de miles de babosos (majes en buen lenguaje costarricense), se daba una vida de lujos. Su desenmascaramiento empezó cuando en el programa radial de crítica política “La Patada”, se reveló un reporte policial en el cual se revelaba que el tal Padre Minor fue sorprendido a altas horas de la noche en un sitio solitario en compañero de un jovencito de claras inclinaciones homosexuales. La “explicación” del tal Minor merece un lugar en el Museo Mundial de las Salidas Estúpidas “Solo le estaba enseñando a manejar al jóven”, si claro, con el auto detenido, vidros polarizados y tremendo nerviosismo, al ser sorprendido por los policías.

Lo anterior desató la furia de Minor, por cuanto este Torquemada Televisivo, había basado su “mensaje” en un hipócrita ataque a cualquier liberalidad, por ejemplo atacaba modelos profesionales que ni siquiera han enseñado un seno. El tal Padre Minor no resultó más que un homosexual ebrio de poder, verdadero “genio del odio”, para utilizar una expresión nietzschiana, típico producto de una madre estúpida y dominante, igual que los casos probados de dos homosexuales perseguidores e inquisidores, Adolfo Hitler y Edgar J. Hoover, el fatídico Director del F.B.I. Adolfo Hitler fue monaguillo y sus actitudes antisemitas correspondían más a un antijudaismo no tanto político como típicamente cristiano, “al combatir a los judios cumplo con la tarea del Señor”, como escribió en Mein Kamp. Uno de los amantes de Hitler parece haber sido el pandillero Ernst Roehm, asesinado en la “Noche de los Cuchillos Largos ” por conveniencias políticas y también para encubrir el pasado homosexual del planeador del asesinato masivo, “industrial”, de 6 millones de judios y al menos unos tres millones de prisioneros de guerra soviéticos, la mayoría dejados morir de hambre.

Edgar J. Hoover engañó a la sociedad estadounidense con la imagen de “niño bueno que adoraba a su madre”, mientras montaba un sistema de espionaje esbirro y represión dentro de la “democracia de Estados Unidos”, digno de un Beria o un Himmler. Y tremendas orgías homosexuales armaba Hoover con su asistente, en realidad su amante, en hoteles de lujo, todo con los impuestos que los gringos idiotas pagaban mientras se maravillaban de las hazañas de los “Hoover`s Kids”, en su lucha contra la “nefasta penetración comunista” y otras conspiraciones imaginarias, pero muy útiles para mantener a la sociedad estadounidense en “la tensión de la lucha contra un enemigo extranjero poderoso y de esa forma justificar la tiranía interna”, como lo describe muy bien George Orwell en su “1984”.

Y volviendo al padre Minor, las revelaciones sobre sus inclinaciones homosexuales solo fueron el principio, al detectarse anomalías en el manejo financiero de las enormes sumas que diariamente recibía su estación radiofónica por las contribuciones de los ingenuos “fieles”, se empezó a crear un cerco en torno al valiente periodista Parmenio Medina Pérez, el corajudo denunciante, hasta que este fue asesinado el 7 de Julio del año pasado, y este crimen permanece en absoluto misterio y terminará en total impunidad, pues en Costa Rica, “democracia ejemplar”, los vividores de la politiquería, los curas y pastores parásitos, valga la redundancia, son una misma banda de gansters. Si es de interés de quienes editan la página WEB Herencia Cristiana, este escandaloso caso de corrupción politiquera-teocrática, puedo suministrarles más información. Como escribió Friedrich Nietzsche en su genial libro El Anticristo: “Contra el sacerdote no se tienen razones, se tiene el presidio”.