Pseudociencia, estafa y censura: ¿Qué pasa con las universidades paraguayas?

Además de la crisis política y mediática, en las últimas semanas están abundando las denuncias por estafas en las universidades paraguayas.

Recientemente, el Consejo Nacional de Educación Superior (CONES) clausuró cuatro facultades de Medicina de las universidades Hispano-Guaraní, Tres Fronteras, San Sebastián y María Auxiliadora.

Días antes, el mismo CONES advirtió que la mayoría de las carreras de la Universidad del Sur (UNASUR) estarían inhabilitadas.

Cientos de estudiantes se encuentran a la deriva. Los más preocupados son los de los últimos años, ansiosos por graduarse. Los estudiantes alegan buena fe al haberse inscrito a los cursos de aquellos centros de enseñanza superior, cuyas autoridades aseguran que tienen todo en orden.

A esto se suma la denuncia de censura impuesta por las autoridades de la Universidad Católica de Asunción al sociólogo y politólogo argentino neomarxista Atilio Borón, cuya conferencia tuvo que trasladarse a la sede de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción.

El libre intercambio de ideas y la disputa por la búsqueda de la verdad son los ejes principales de una universidad. Prohibiendo discusiones se atenta contra el libre flujo del ejercicio crítico.

Se adhiere a este festival universitario de la vergüenza la defensa de una tesis homofóbica y pseudocientífica en la Universidad del Chaco, institución dirigida por una persona condenada a cuatro años de prisión por vaciamento del Banco Nacional de Trabajadores y que también fue denunciada por no pagar salarios de sus empleados.

El título de la tesis es “Características de las escrituras manuscrita de personas con trastorno homosexual”, así con errores de concordancia en el mismo título —impreso y supuestamente revisado— del trabajo monográfico.

Como si se tratara de un chiste, la tesis es de una carrera de Criminalística y Ciencias Forenses que no está habilitada por la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación (ANEAES) y mucho menos las maestrías que ofrece esa universidad.

¿Qué nos preocupa? ¿Que abunde pseudociencia en la universidad? ¿Que sea un trabajo sobre grafología? ¿Nos repele que se acepten trabajos homofóbicos? ¿Que se escriba mal un título? ¿Que se gradúen licenciados sin conocer metodología ni escritura científica?

Todo eso debe preocuparnos, porque en su conjunto es una señal de que las instituciones académicas no están funcionando.

En Paraguay, hasta hace poco era relativamente fácil abrir una universidad privada si se tenía los contactos o acuerdos necesarios con la clase política. Tanto es así, que algunos políticos se crearon sus propias universidades solamente con el aval de sus colegas parlamentarios.

En el país existen universidades que otorgan títulos impune e irresponsablemente a personas que no tienen condiciones básicas de comprensión lectora o análisis crítico, graduados que no diferencian teoría científica de mera especulación, ciencia de pseudociencia, universidad de estafa educativa.

Hay universidades que no tienen bibliotecas, que no publican revistas científicas, que no investigan, que no destinan fondos para actividades científicas; hay “altas casas de estudios” que ofrecen carreras que no están habilitadas, que solo dan fotocopias a sus estudiantes, o que les exigen una carga horaria de cuatro horas semanales (pero por largos y lucrativos cuatro o cinco años).

En síntesis, hay universidades que no deberían llamarse así.

Por su parte, la Universidad Nacional de Asunción (UNA), que aunque tenga 12 revistas científicas y la mayoría de los investigadores del PRONII y proyectos de ProCiencia, no se termina de despertar de “pesadilla oscurantista”.

Recordemos que su rector estuvo preso por corrupción en la principal penitenciaría del país. La reforma no ha llegado aún pese a los levantamientos estudiantiles del 2015.

El propio ethos de nuestro sistema universitario es el problema. Permitimos que sobresalga la mediocridad, nos aislamos del debate científico e intelectual de las universidades modernas extranjeras, copiamos modelos perimidos, fomentamos la endogamia, facilitamos la simplicidad académica y abogamos por el reduccionismo argumentativo. Las falacias son más rápidas de comprender que las teorías y leyes estudiadas y reanalizadas.

El trabajo “Caracterización de la ciencia en el Paraguay de la democracia (1989-2015). Aproximación a la historia de la ciencia paraguaya”, arroja datos concretos sobre la actividad investigativa en el país. Según estudios previos del profesor Antonio Cubilla, director del Instituto de Patología e Investigación (IPI) y miembro honorario de APRA, son cuatro los factores que imposibilitaron el surgimiento de una masa crítica de científicos e investigadores en el país:

  1. La exclusión histórica de la investigación en la universidad;
  2. La creencia falsa del elevado costo de la ciencia;
  3. Facilidad inmediata de transferencia o copia de tecnología externa; 
  4. La creencia de que la investigación científica solo es patrimonio de los países más ricos.

A esto le sumamos la falta de tradición científica, la falta de financiación de las ciencias básicas y la falta de escuelas de pensamiento científico.

Julio Rafael Contreras, pionero en estudios de historia y filosofía de la ciencia local, sostiene que no se llegó aún al punto en que la mayoría de las ciencias practicadas dentro de nuestras fronteras hagan “cuerpo en el sistema cognitivo, funcional y mental de la vida nacional”. Y va un poco más allá, pues postula que la investigación científica es un “problema de existencia real” para un país como el nuestro.

Y no es para menos. La Organización de Estados Iberoamericanos indica en su informe sobre “Ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo y la cohesión social” del 2014 que “la brecha entre los países ricos y pobres no es solo la distribución de la riqueza, sino también la del conocimiento”.

Ya el filósofo Juan Andrés Cardozo, en su obra “La razón como alternativa histórica”, escribe que la ciencia “es un fenómeno sociocultural que interviene decisivamente en el destino de las sociedades contemporáneas”, metiéndose de lleno en la discusión actual sobre el rol de la ciencia, tecnología e innovación que cobra más protagonismo mientras más desarrollo haya. Y, al igual que Cubilla, Cardozo ve que la universidad paraguaya ignoró casi por completo a la investigación durante gran parte de la historia.

Hoy la universidad paraguaya da cabida a la estafa, a la censura, da espacios a la pseudociencia, a la reducción epistemológica y metodológica y posterga su transformación hacia una sociedad de la información y el conocimiento.

¿Podrá solucionarse pronto esta crisis educativa? No lo sabemos, pero en un momento de mucha oscuridad social, la universidad debe convertirse al menos en la defensa de la razón, del debate de ideas, la fortaleza del pensamiento crítico, de la disputa por el conocimiento y guardiana de la libertad intelectual.

Tan grande y saludable que ni tu abuelo te reconocería

La familia Keller del siglo XXI: Craig y Sandi aparecen sentados en el centro, con sus hijas Kristy Harden (izquierda) y Rachel (derecha). En la fila de atrás, de izquierda a derecha, aparecen Kim Werk, hermana de Craig; Dennis, su hermano, y Priscilla Keller Reynolds, su madre. (NYT)

por Gina Kolata para el New York Times
Domingo 30 julio de 2006

En 1862 Valentin Keller, se alistó en la unidad “Alemana” del Ejército de la Unión en Hamilton (Ohio). Tenía 26 años y era un hombre pequeño y esbelto que medía 1,62 metros y que acababa de nacionalizarse. Su ocupación era la de sastre.

Un año más tarde, Keller fue dispensado del servicio con honores, enfermo y quebrado. Tenía achaques en un pulmón y estaba tan lisiado a causa de la artritis de sus caderas que apenas podía caminar.

En los registros de su pensión se relata su sufrimiento: “Su reumatismo es tal que es incapaz de trabajar sin la ayuda de muletas y aún así, solo lo logra con grandes dolores”. Sus pulmones y sus articulaciones nunca mejoraron, y Keller no volvió a caminar.

Murió a la edad de 41 años a causa de la “hidropesía”, lo cual probablemente significa que sufrió un fallo cardíaco por obstrucción, una condición no asociada al período en que permaneció en la armada. Su viuda de 39 años de edad, Otilia, falleció un mes después que su esposo a causa de “agotamiento”, según figura en su certificado de defunción.

Se esperaba que la gente, en los tiempos de Valentin Keller, al igual que los que les precedieron, desarrollasen enfermedades crónicas cuando cumplían los 40 o 50. Los descendientes de Keller padecieron problemas pulmonares, cardíacos y de hígado. Murieron a los 50 o 60 y tantos años.

Sin embargo, ahora la vida ha cambiado, los miembros de la familia que nacieron durante el boom de natalidad de la década de 1950 o después, lo están haciendo bien.

“Me siento bien”, dice el tátara-tátara-tátara-nieto de Keller, Craig Keller. A los 45 años, el Sr. Keller afirma no tener problemas de salud, y lo mismo le ocurre a su esposa Sandy, de la misma edad.

La familia Keller ilustra lo que parece ser uno de los avances más espectaculares en la existencia humana – un cambio que partiendo de gente pequeña, relativamente débil y enfermiza, condujo a humanos que son tan grandes y robustos que sus propios antecesores parecen casi irreconocibles.

Nuevas investigaciones realizadas alrededor de todo el mundo han comenzado a revelar una fotografía de los humanos de hoy en día que difiere tanto de lo que fueron en el pasado, que los científicos dicen estar asustados. A lo largo del pasado siglo, comenta el investigador Robert W. Fogel, de la Universidad de Chicago, los humanos en el mundo industrializado han experimentado “una forma de evolución que es única, no solo para la humanidad, sino única entre las aproximadamente 7.000 generaciones de humanos que han habitado la Tierra desde siempre”.

La diferencia no tiene que ver con un cambio genético, tal y como lo conocemos, sino con cambios en la forma humana. Esto se demuestra en varias formas, que van desde aquellas bien conocidas y que casi se dan por supuestas, como el aumento en la altura media o en la esperanza de vida, hasta otras que emergen solo gracias a las comparaciones de los registros sanitarios.

La mayor sorpresa desprendida de los nuevos estudios es que muchos males crónicos, como las enfermedades cardíacas, las pulmonares o la artritis, aparecen una media de entre 10 a 25 años mas tarde de lo que lo solían hacer. También existen menos minusvalías entre las personas mayores de hoy en día, según un estudio federal que mide directamente su incidencia. Y todo esto no se debe solo al buen funcionamiento de ciertos tratamientos médicos como el de las cataratas. Simplemente los cuerpos humanos no se rompen en la forma en que antes lo hacían.

Incluso la mente humana parece haber mejorado. El cociente intelectual medio lleva incrementándose durante décadas. Y al menos un estudio descubrió que las opciones para que un individuo desarrolle demencia en la tercera edad, parecen haber disminuido durante los últimos años.

Las razones propuestas para explicar este fenómeno son tan inesperadas como los propios cambios. La mejora en el cuidado sanitario es solo parte de la explicación; los estudios sugieren que los efectos parecen haberse iniciado a causa de los eventos experimentados en las primeras fases de la vida, e incluso en el útero, y cuyos resultados comienzan a mostrarse en la madurez y senectud.

“Lo que nos sucede antes de cumplir los dos años, tiene un efecto duradero en nuestra salud, y eso incluye el envejecimiento”, comentó el Dr. David J. P. Barker, profesor de medicina en la Universidad de Ciencia y Salud de Oregón, en Pórtland, quien es además profesor de epidemiología en la Universidad de Southampton, en Inglaterra.

Cada suceso puede provocar otros. Por ejemplo, una menor incidencia de las enfermedades cardiovasculares puede implicar una menor demencia en edades avanzadas. La razón es que las enfermedades cardiovasculares pueden precipitar mini-infartos, que pueden causar demencia. Se sospecha además, que padecer estas enfermedades supone un factor de riesgo para el mal de Alzheimer.

Estos efectos no se dan solo en los Estados Unidos. Largos y cuidadosos estudios realizados en Finlandia, Gran Bretaña, Francia, Suecia y Holanda confirman que lo mismo sucede allí; y también comienza a suceder en los países en vías de desarrollo.

Por supuesto, en el pasado ha habido gente que vivió largos años y que tuvo una vida saludable, y en la actualidad hay personas cuyas vidas se ven pronto truncadas por las enfermedades, o que sufren durante años de males crónicos. Pero en conjunto y según los científicos, los cambios son enormes.

Incluso las diferencias más obvias sorprenden a los científicos, por la cuantía del cambio.

En 1900, el 13 por ciento de las personas que alcanzaban los 65 años, podían esperar cumplir los 85. Ahora, casi la mitad de las personas que tienen 65 años llegarán a vivir veinte años más.

Incluso el aspecto físico de las personas es diferente a día de hoy. Los hombres estadounidenses, por ejemplo, son casi 7,6 centímetros más altos que hace 100 años, y pesan 22,6 kilos más.

“Nos hemos transformado”, dice el Dr. Fogel.

¿Qué vendrá luego? se preguntan los científicos. La gente de mediana edad en la actualidad, es la primera generación que crece con vacunas infantiles y con antibióticos. Los primeros años para ellos han sido mucho mejores que para sus padres, quienes a su vez, disfrutaron de una infancia mejor que la de sus progenitores.

Y si la buena salud y la nutrición durante los primeros años de vida son factores importantes para determinar el nivel de salud durante la mediana y la tercera edad, entonces se presagia algo bueno para la gente de mediana edad de hoy en día. Los investigadores predicen que estas personas podrían vivir más tiempo y sufriendo menos dolores y miserias que ninguna otra generación anterior.

“¿Será la tercera edad de los representantes actuales del baby boom (nacidos en los 50) parecida a la tercera edad que creemos conocer a día de hoy?” Se pregunta el Dr. Barker. “La respuesta es no”.

Intentando cambiar un patrón

Craig Keller no sabe lo que le espera cuando sea anciano. Pero es optimista por naturaleza, y sabe que ya ha sobrepasado la esperanza de vida de su atribulado antecesor Valentin. Mide 1,75 metros, pesa 90,7 kilos y rebosa de exuberante salud.

Creció en Hamilton, la misma ciudad de la frontera de Kentucky donde vivió, trabajó y fue enterrado Valentin. Y aún vive allí, trabajando como alguacil en los juzgados, casado con Sandy, a quien conoció cuando cursaba el segundo grado. Ahora, tras 25 años de matrimonio, los Kellers tienen dos hijas criadas, un perro negro y juguetón y ninguna queja.

Craig y Sandy Keller disfrutaron de todas las ventajas de los norteamericanos de clase media de su generación: vacaciones escolares, abundancia de comida, antibióticos cuando enfermaban. Ahora, como desean mantenerse sanos, salen a caminar cada tarde, intentan comer bien y se apoyan en su fuerte fe, la cual según dicen, fortalece su salud. Y disfrutan la vida.

El Sr. Keller empuja el Chevrolet Malibú de su mujer por el camino de acceso a su pequeña e inmaculada casa, situada al borde de la acera de la calle. Es la misma casa en la que creció, él y su esposa se la compraron a sus padres hace 22 años. Mientras la Sra. Keller nos saca un aperitivo a base de queso de bola casero, galletas saladas, sándwiches, fruta y pastel de chocolate, el sr. Keller se maravilla al contemplar el contraste entre su confortable vida y la de sus antecesores.

Para él, la idea de caer enfermo al finalizar la década que va de los 20 a los 30, y no caminar jamás, es algo inimaginable. Su padre, Carl D. Keller, fumador durante toda su vida, desarrolló cáncer de próstata, luego enfisema y más tarde cáncer de pulmón, que finalmente acabó con él a los 65 años. El padre de su padre, Carl W. Keller, también fumador, murió de cáncer de esófago justo después de cumplir los 69. Su abuelo por parte materna murió de cirrosis hepática a los 55; su abuela murió a los 56 de cáncer de mama.

“Nunca superaron los 50 o 60 y tantos” comenta el señor Keller. “De modo que eso es algo que siempre está ahí, dentro de tu cabeza”. Se preocupa por sus pulmones, dado su historial familiar. Una vez tuvo neumonía y también tuvo bronquitis.

Pero Keller razona, es físicamente muy diferente a sus antecesores – nunca ha fumado y está mucho más sano y mejor alimentado – por lo que cree que superará este límite.

Y si el ejercicio es bueno para la salud, ciertamente los Keller se han ejercitado. El señor Keller nos muestra una estantería en su sótano en la que reposan todos sus trofeos atléticos. Los de la señora Keller son de batoneras, y los del señor Keller son de béisbol, baloncesto, sófbol y fútbol. Sus hijas, Raquel de 19 años y Kristy de 22, han sido animadoras.

La señora Keller dice que cuando tenía la edad de sus hijas “no pensaba demasiado en mi salud”.

“Pero más tarde, cuando cumplí 30 y me acercaba a los 40”, comentó, “empecé a pensar en ello. Intentas comer bien, hacer algo de ejercicio. Y ves a tus padres bregar con la enfermedad, por lo que te preguntas por ti mismo. A mi madre le hicieron un cuádruple bypass cuando cumplió los 75, y desde entonces tuvo que llevar marcapasos. Ahora tiene 80 años, pero te hace pensar”.

¿Qué causó la enfermedad cardiaca de su madre, razones genéticas o hábitos poco saludables? La señora Keller contesta por si misma. Su madre fumó durante más de una década, finalmente lo dejó con gran dificultad después de que la señora Keller naciera. “Dijo que el señor le ayudó a conseguirlo”, comenta la sra. Keller.

La señora Keller nunca ha fumado. Preocupada por las enfermedades del corazón controló sus niveles de colesterol hace unos pocos años, y tomó medicación para hacerlos descender. Camina durante la hora de la comida con las mujeres de su oficina, y después de cenar con su marido.

Su hija Rachel, pequeña y callada, de sonrisa rápida, también piensa en la historia médica de su familia. Se preocupa por las enfermedades coronarias y se preocupa también por las enfermedades pulmonares. Ya ha ido a comprobar su nivel de colesterol, y era normal. Y se asombra cuando ve a gente de su edad fumando.

“En el instituto ninguna de mis amigas fumaba”, comenta. “Cuando volvieron de su primer año en la universidad, todas ellas lo hacían”.

“Es dificil pensar en cómo envejecerás cuando eres joven”, añadió Rachel. “Pero cuando ves a miembros de tu familia – mi abuelo murió de cáncer de pulmón, mi otro abuelo también padeció cáncer. De modo que es algo que tengo en mente muy a menudo”.

Pero aún así, el futuro queda tan lejos que para ella es casi insondable. “Me pregunto cómo seremos cuando seamos viejos”, comenta divertida.

Vidas asoladas por la enfermedad

Los científicos suelen decir que la razón por la que la gente vive tanto hoy en día es porque la medicina les mantiene vivos, aunque debilitados. Pero estudios como el dirigido por el Dr. Fogel, en el que emplea los registros de los veteranos del ejército unionista, han hecho que muchos se replanteen esta noción.

El estudio involucra un muestreo al azar sobre 50.000 miembros de los veteranos del ejército de la Unión. El Dr. Fogel comparó aquellos hombres, la primera generación que alcanzó los 65 años en el siglo XX, con personas nacidas recientemente.

Los investigadores se centraron en las enfermedades comunes, que son diagnosticadas ahora en una forma realmente igual a como se hacía el pasado siglo. De modo que buscaron enfermedades como artritis, dolor de espalda y varias clases de enfermedades coronarias que pueden detectarse auscultando el corazón.

La primera sorpresa fue descubrir lo enferma que estaba la gente, y la duración de su mal.

En lugar de deducir el grado de salud, partiendo de las causas de fallecimiento que figuraban en los certificados de defunción, el Dr. Fogel y sus colegas buscaron el nivel de salud a lo largo de sus vidas. Emplearon el historial militar de cada regimiento en el que había servido cada uno de los veteranos, lo cual mostró quién estaba enfermo y durante cuanto tiempo; los censos manuscritos; los registros públicos de salud, los archivos de pensiones; los certificados médicos que mostraban los resultados de exámenes periódicos realizados a los pensionistas y los certificados de fallecimiento.

Descubrieron que casi todo el mundo en la generación de la guerra civil, se vio asolado por enfermedades debilitadoras, y que las sufrieron durante décadas. Y no hablamos de un subconjunto poco representativo de los hombres norteamericanos – el 65 por ciento de la población masculina con edades entre 18 y 25 años sirvió en el ejército de la Unión. “Presumiblemente pensaron que encajaban lo bastante como para servir en filas”, comentó el Dr. Fogel.

Hasta los adolescentes estaban enfermos. El 80 por ciento de la población masculina con edades comprendidas entre los 16 y los 19 años intentaron alistarse en el ejército de la Unión en 1861, pero uno de cada seis era rechazado por ser considerado no apto.

Y el ejército de la Unión no era muy melindroso. “La incontinencia urinaria no era motivo de rechazo”, comentó Dora Costa, economista del M.I.T. que trabaja con el Dr. Fogel, citando las regulaciones. Un hombre que era ciego de su ojo derecho fue deshabilitado del servicio porque ese era el ojo que se empleaba con el mosquete. Pero, la Dra. Costa añade, “ser ciego del ojo izquierdo no ocasionaba problemas”.

Después de que la guerra acabase, a medida que los veteranos entraban en la madurez, rara vez eran diagnosticados con enfermedades crónicas.

“En los archivos de pensiones existen descripciones de hernias tan grandes como uvas”, comenta la Dra. Costa. “Se las sostenían con bragueros. Estos chicos seguían trabajando aunque claramente debían sufrir grandes dolores. Simplemente tenían que arreglárselas”.

El ochenta por ciento sufrían enfermedades coronarias cuando cumplían los 60, en comparación a las cifras actuales, inferiores a un 50 por ciento. Entre los 65 y los 74 años, el 55 por ciento de los veteranos del ejército unionista tenían problemas de espalda. La cifra comparativa actual es del 35 por ciento.

La mejora constante en el nivel de salud de las generaciones recientes se muestra población tras población, país tras país. Pero estos hallazgos hacen surgir una cuestión fundamental, comentó la doctora Costa.

“La cuestión es, vale, existen estas diferencias, y si, son muy grandes, pero ¿por qué?” comentó ella.

“Esa es la pregunta del millón de dólares”, afirmó David M. Cutler, economista en temas de salud de Harvard. “Tal vez sea la pregunta del billón de dólares. Y nadie ha recibido una respuesta con la que todos estén de acuerdo”.

Conociendo el pasado

Don Hotchkiss, ingeniero civil en Las Vegas y descendiente de un veterano de la Guerra civil estadounidense, es un ávido revisionista de la guerra civil. En cuanto pudo, él y su hermano intentaron dormir en una réplica exacta de una de las viejas tiendas.

Era demasiado pequeña, comenta el señor Hotchkiss, que mide 1,82 metros. Su hermano, oficial de policía en Phoenix, es más delgado, pero mide 1,89 metros. Las tiendas estaban hechas para hombres con un tamaño estándar para aquel tiempo. “En los últimos 145 años nos hemos hinchado”, opina el señor Hotchkiss.

En una reunión reciente de Hijos de Veteranos Confederados, que tuvo lugar en Las Vegas, ocho fornidos hombres se encerraron en una sala de lectura de la biblioteca. Todos ellos habían experimentado el equivalente al problema de la tienda de la guerra civil.

“En las reuniones, todos los directores, que iban disfrazados de época, comentaron que los figurantes eran simplemente demasiado grandes”, comentó George McClendon, un fornido piloto aéreo retirado de 67 años.

El Sr. McClendon tiene razón. Los hombres que vivieron durante la época de la guerra civil medían una media de 1,69 metros y pesaban 66,7 Kilos. Eso, trasladado a masa corporal daría un índice de 23, bien dentro del rango denominado “normal”. Hoy en día, los hombres miden una media de 1,77 metros y pesan en torno a los 86,6 Kilos, lo cual les da un índice de masa corporal porcentual del 28,2 de sobrepeso, bordeando casi con la obesidad.

Estos cambios, junto a las grandes mejoras en la sanidad general y en la expectativa de vida en años recientes, intrigaron a la Dra. Costa. Las enfermedades crónicas comunes – problemas respiratorios, enfermedades relacionadas con las válvulas cardíacas, arteriosclerosis, y problemas en las articulaciones – han ido declinando en un porcentaje del 0,7 al año desde comienzos del siglo XX. Y cuando aparecen, lo hacen con menos virulencia y a edades más avanzadas.

Las razones que la Dra. Costa y otras personas están buscando, parecen tener mucho que ver con las condiciones en los primeros años de vida. Una pobre nutrición en este período de la infancia se asocia a una baja estatura y a la aparición de enfermedades de por vida, y hasta hace bien poco, la comida era cara en los Estados Unidos y en Europa.

El Dr. Fogel y la Dra. Costa observaron los datos de altura y el índice de masa corporal en los veteranos del ejército unionista, que tenían 65 años o más en 1910, y los compararon con los de los veteranos de la segunda guerra mundial, que tenían esa edad en la década de 1980. Los datos relativos al tamaño y al grado de salud les condujeron a una predicción: los veteranos de la segunda guerra mundial deberían haber padecido un 35% menos de enfermedades crónicas de lo que lo hicieron los veteranos unionistas. Eso, comentan ambos, fue exactamente lo que sucedió.

También descubrieron que las enfermedades infantiles dejan a las personas predispuestas a las enfermedades crónicas cuando se hacen mayores.

“Suponte que has sobrevivido al tifus y a la tuberculosis” comenta el Dr. Fogel. “¿Cómo afectará esto a tu envejecimiento?” Parece ser, comentó, que el número de enfermedades crónicas que padecerás cuando tengas 50 años será mucho mayor si perteneces a este grupo. “Estamos descubriendo algo”, dijo. “Hasta los porcentajes del cáncer eran mayores. ¡Dios mío! Nunca hubiéramos sospechado esto”.

Los hombres que padecían infecciones respiratorias o sarampión durante su niñez tendían a desarrollar enfermedades crónicas del pulmón unas décadas más tarde. La malaria, a menudo conducía a la artritis. Los hombres que habían sobrevivido a las fiebres reumáticas, desarrollaron más tarde enfermedades relacionadas con las válvulas cardíacas.

Y las ocupaciones estresantes añadían más carga al cuerpo.

Las personas trabajaban hasta que morían o hasta que estaban tan discapacitadas que no podían continuar. El Dr. Fogel añadió “En 1890, prácticamente todo el mundo moría trabajando, y si vivían lo bastante como para no morir en el tajo, la edad media de jubilación era de 85 años”. Ahora la media es de 62.

Hace un siglo, casi todo el mundo era granjero, jornalero o artesano y todos se veían expuestos constantemente al polvo y al humo, dice la Dra. Costa. “Creo que esto simplemente dejaba señales a largo plazo”.

Buscando respuestas

El Dr. Barker, de la Universidad de Ciencia y Salud de Oregón está intrigado por el rompecabezas de descubrir quién enfermó de qué enfermedad y cuándo.

“Por qué algunas personas contrajeron enfermedades cardíacas y sufrieron infartos y otras no?” se pregunta. “Está muy claro que las ideas actuales sobre los estilos de vida en la edad adulta solo explican parcialmente este fenómeno. Si lo prefieres, puedes decir que está en los genes y dejar de pensar en ello. O puedes decir ¿en qué momento durante su desarrollo se hicieron vulnerables? Una vez que hayas pensado esto, se abre ante ti un mundo completamente nuevo.

Es un mundo que obsesiona al doctor Barker. Los estudios con animales y los datos que él y otros han venido recopilando le han convencido de que la salud en la madurez viene determinada por la vida fetal y por los dos años que siguen al nacimiento.

Su trabajo ha sido controvertido. Algunos dicen que otros factores, como la pobreza, podrían ser realmente los responsables, pero el doctor Barker también ha conseguido imponerse sobre muchos científicos.

En un estudio, examinó los registros sanitarios de 8.760 personas nacidas en Helsinki desde 1933 a 1944. Aquellos cuyo peso natal estaba por debajo de aproximadamente 2,95 Kilos y que fueron delgados durante los dos primeros años de vida, con un índice de masa corporal de 17 o menor, padecieron más enfermedades cardíacas cuando fueron adultos.

En otro estudio, realizado sobre 15.000 hombres y mujeres suecos nacidos desde 1915 a 1929, descubrió lo mismo. Y lo mismo sucedió cuando estudió a los bebés nacidos de madres que se quedaron embarazadas durante la hambruna holandesa (conocida como el invierno del hambre) que tuvo lugar en la segunda guerra mundial.

Esa hambruna duró desde noviembre de 1944 hasta mayo de 1945. Las mujeres ingerían apenas entre 400 a 800 calorías al día, y una sexta parte de sus bebés murieron antes de nacer o poco después de ello. Pero aquellos que sobrevivieron parecían estar bien, comenta Tessa J. Roseboom, epidemióloga en la Universidad de Ámsterdam, que estudió a 2.254 personas nacidas en un hospital antes, durante y después de la hambruna. Incluso sus pesos al nacer eran normales.

Pero ahora, la doctora Roseboom está descubriendo que aquellos bebés, que están a punto de abandonar su edad madura, comienzan a adquirir enfermedades crónicas a un ritmo mucho mayor de lo normal. El porcentaje de enfermedades cardíacas en ellos casi triplica al de los niños nacidos antes o después de la hambruna. Sufren más diabetes y más enfermedades renales.

Esto no me sorprende, comenta el Dr. Barker. Gran parte del cuerpo humano se completa antes de nacer, explica, de modo que un bebé nacido de una mujer que se vio privada de comida durante el embarazo, o que estuvo enferma, iniciará su vida con una predisposición a enfermedades que no emergen hasta la edad madura.

Las personas de mediana edad nacidas durante la hambruna dicen también que no se sienten bien. El 10% califican su estado de salud como pobre, un porcentaje que dobla al 5% de los que así lo evalúan entre los nacidos antes o después de la hambruna.

“Les preguntamos si se sentían con salud”, comentó la Dra. Roseboom. “La respuesta a esta pregunta suele servir de predicción altamente efectiva a las tendencias de futura mortandad”.

Pero no todo el mundo estaba convencido de lo que se ha venido a llamar, hipótesis de Barker, la idea de que los sucesos en las primeras fases de la vida afectan la salud y al bienestar en la madurez y tercera edad. Douglas V. Almond, economista en la Universidad de Columbia estaba entre los que la desaprobaban.

El Dr. Almond encontraba un problema en los estudios. No se habían hecho sobre poblaciones aleatoreamente seleccionadas, comenta, lo cual hacía difícil conocer si existían otros factores que pudieron contribuir a efectos de salud. Almond deseaba encontrar pruebas rigurosas – una enfermedad o privación que afectase a todo el mundo, ricos y pobres, con estudios o no, y que después desapareciera. Entonces se dio cuenta de que había existido algo así, la gripe española de 1918.

La gripe pandémica llegó a los Estados Unidos en octubre de 1918 y se fue en enero de 1919, afectando a un tercio de las mujeres embarazadas en los Estados Unidos. ¿Qué les sucedió a esos niños? Se preguntó el Dr. Almond.

Almond comparó dos poblaciones: aquellos cuyas madres estaban embarazadas durante la pandemia de la gripe y aquellos cuyas madres quedaron embarazadas poco antes o poco después de la epidemia.

Para su asombro, el Dr. Almond encontró que los niños de las mujeres que estaban embarazadas durante la epidemia tuvieron más enfermedades, especialmente diabetes, para la cual, la incendia era un 20% mayor que la habitual a la edad de 61 años. También tuvieron más problemas de educación – tenían un índice de probabilidad de graduación en el instituto un 15% inferior. Los ingresos económicos de estos hombres eran entre un 5 y un 7% inferiores, y sus familias tenían más probabilidad de recibir asistencia pública.

Los efectos, dice el doctor Almond, se daban en blancos y en los que no lo eran, en ricos y en pobres, en hombres y mujeres. Se convenció a si mismo, añadió, de que algo había de cierto en la hipótesis de Barker.

Craig Keller espera tener razón. Observa lo duras que fueron las vidas de sus antepasados, incluso las de sus bisabuelos y abuelos, que trabajaron como pintores y se vieron expuestas al humo. Y, por supuesto, ahí está el pobre Valentin Keller, su antepasado de la guerra civil, con su salud arruinada a la edad de 30 años.

Hoy, el señor Keller dice sentirse fuerte y saludable, casi a pesar de si mismo. A él le encantaría pensarlo porque intenta vivir bien, pero no está seguro, especialmente cuando oye hablar de lo que han descubierto los doctores Barker y Fogel. Tal vez su gran fortuna sea haber nacido de una madre saludable, y haber sido vacunado y bien alimentado.

“Enfrentar a los charlatanes es una obligación de toda persona racional”

Según el profesor José Antonio López Cerezo, catedrático de filosofía de la ciencia y lógica de la Universidad de Oviedo, España, toda persona racional tiene la obligación de enfrentar a los pseudocientíficos y demás charlatanes. López Cerezo también indicó que la racionalidad enriquece la vida humana. Abogó por la divulgación de las ciencias humanas.

El filósofo estuvo unos días en Asunción para impartir clases, charlas y conferencias dentro del marco de la cátedra Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) organizada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Conacyt, con el apoyo de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).

López Cerezo es coordinador de la Red temática de CTS de la OEI y coordinador de investigación de la Unidad de Cultura Científica del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) de Madrid. Tiene diversas publicaciones científicas, monografías y libros.

Aprovechamos para conversar extensamente con él sobre diversos temas. Aquí, un extracto de la entrevista, donde hace hincapié en la figura del divulgador.

A comienzos de mes, tanto la comunidad científica y escéptica de España y de otros puntos de Iberoamérica se solidarizaron con el bioquímico y divulgador José Miguel Mulet, quien fuera maltratado por la periodista española Mercedes Milá en un debate televisivo donde refutó la idea de la “Enzima prodigiosa”, pseudociencia de Hiromi Shinya.

-El caso de Miguel Mulet despertó una cierta campaña en contra de las pseudociencias y las supercherías más difundidas en nuestros países. Si bien es cierto que el divulgador debe hablar, informar o educar sobre ciencia, algunas veces le toca desmitificar y discutir con los embusteros de la ciencia. ¿Debe el divulgador o el científico enfrentarse a los charlatanes?

-Enfrentarse a los charlatanes es una obligación. Conozco a Mulet y tengo una muy buena opinión suya y de su trabajo. No solamente los científicos deben responder a los charlatanes, sino cualquier persona racional. Hay que combatir este irracionalismo que se promueve mucho últimamente. Hay que atacar la astrología, la numerología, las pulseras magnéticas que curan y todo lo que perjudica a la ciudadanía.

-¿Por qué?
-Porque contaminan las mentes y empobrece nuestras vidas. La racionalidad es lo que más enriquece a la vida, a todo ser humano.

-Es por eso que precisamos divulgación científica rigurosa.
-Exacto. Y el con respecto a los divulgadores, mientras más seamos, mejor. Pero no debemos olvidar que las ciencias no terminan en la física, la química o la biología.

-¿Hay que divulgar las ciencias humanas?
-Sí. Es fundamental. Divulgar historia, filosofía, lengua, etc. Pero, además de defender a las humanidades, cada vez deberíamos forjar más puentes entre las diferentes ciencias. Hay universidades que en sus carreras de ingenierías, por ejemplo, destinan un 30% de las materias a las ciencias humanas. Esto pasa en Estados Unidos. Se enseña, por ejemplo, historia de la ingeniería o ética.

La “Física” de Deepak Chopra

Sadri Hassani, translated by Alejandro Borgo

July 12, 2016

Artículo traducido por Alejandro Borgo, Director del CFI/Argentina.


Los científicos chiflados son muy proclives a trivializar y abusar de la ciencia -especialmente de la física- y particularmente de la física fundamental.

Por eso es crucial luchar contra la pseudociencia donde más le duele: en el nivel fundamental. Si bien hay muchas críticas hacia los promotores de la falsa ciencia y sus ideas son desacreditadas en los hechos, hay pocos análisis profundos disponibles sobre la forma falaz en que hacen mal uso de la ciencia fundamental. En este artículo, mi propósito es ayudar a corregir las cosas, llenando las lagunas existentes. Uno de los primeros en vulgarizar la física fundamental fue Deepak Chopra, cuyo uso indiscriminado de palabras tales como quantum, energía, campo y no-localidad los torna tan frívolos como un eructo luego de hacer un curso para aprender a cocinar pollo tandori. Por consiguiente, vale la pena examinar su “física” y desentrañar las indignantes burradas conceptuales que inventa innecesariamente, especialmente cuando éstas sirven como fundamento de las conclusiones que vende a sus lectores y seguidores como hechos científicos.

El libro

Chopra logró la celebridad cuando publicó La curación cuántica (Quantum Healing), libro vanguardista sobre la medicina mente/cuerpo en el cual engaña a sus lectores haciéndoles creer que la medicina india tradicional, Ayurdeva, tiene base científica. Desde entonces, su misión es vender el mensaje que dice que el universo es consciente, que la conciencia crea y gobierna la materia, y que la física moderna está en el corazón de este mensaje. La táctica perniciosa que usa para dicho propósito es decorar sus discursos y escritos con los nombres de físicos famosos como Einstein, Planck, Schrödinger y Heinsenberg, y atribuirles sus propias ideas sobre la mente y la materia. (1)

Dado que La curación cuántica inició la novedosa trivialización de uno de los logros científicos e intelectuales más grandes de la humanidad, resulta instructivo presentar al lego una rigurosa evaluación científica del contenido del libro. Pero primero tenemos que evaluar la integridad profesional del autor. Después de todo, la premisa principal de la ciencia es la honestidad. Stanley Pons y Martin Fleischmann eran científicos confiables antes de su apresurado anuncio del descubrimiento de la fusión en frío, en marzo de 1989, luego del cual cayeron en desgracia frente a la comunidad científica (Huizenga, 1992). ¿Puede La curación cuántica pasar el test de honestidad científica?

El título del libro proclama una idea revolucionaria que requiere del autor un nivel de integridad intelectual equivalente a la de otros científicos revolucionarios. La integridad se ve, en parte, por la forma en que los científicos usualmente reconocen a los individuos que han tenido un rol en la construcción de las ideas expresadas en el trabajo. Einstein, en su artículo sobre la revolucionaria teoría especial de la relatividad, reconoce a su desconocido amigo Michele Besso, quien trabajaba con él en la oficina de patentes de Berna (Einstein, 1952). En un apartado en el que relata cómo nació la relatividad especial, Einstein profundiza sobre las conversaciones que tenía con Besso y cómo esas conversaciones ayudaron a consolidar su idea de la relatividad del tiempo (Hassani 2010, 362). De forma similar, dos artículos fundamentales de Planck que dieron origen a la teoría cuántica contienen numerosas menciones de los físicos que lo ayudaron a moldear la idea del quantum. Su gratitud se manifiesta principalmente en la conferencia que dio cuando ganó el premio Nobel, donde atribuye su descubrimiento del cuanto electromagnético a Ludwig Boltzmann, creador de la mecánica estadística, declarando “…este problema me llevó automáticamente a una consideración de… las ideas de Boltzmann; hasta que luego de algunas semanas del trabajo más extenuante de mi vida, la oscuridad devino en luz, y una inimaginable perspectiva se abrió delante mío” (Planck, 1918).


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Semejantes reconocimientos de los descubridores de las ideas científicas no solo son un signo de honestidad sino también un recordatorio de que la ciencia es una emprendimiento colectivo que abarca no solo la invención de una sola persona sino la colaboración de una comunidad que llega a todo el globo y se extiende hacia el pasado y el futuro. Con el objetivo de contribuir con la ciencia, uno primero tiene que enterarse de las contribuciones relevantes hechas por otros científicos; uno puede ver más adelante solo “subiéndose a los hombros de los gigantes”, y cualquier “nuevo tipo de ciencia” que contradiga las ideas establecidas y empíricamente probadas sin presentar buena evidencia en contra solo puede ser el invento de un chiflado.

Chopra debería atenerse estrictamente al estándar de integridad como los científicos que a él tanto le gusta mencionar en sus discursos y escritos. Así es no solo porque está escribiendo sobre (su distorsionada versión de la) ciencia, sino también porque tiene millones de seguidores que literalmente lo consideran como un profeta. Sus palabras, empañadas por una terminología robada a la ciencia -una disciplina venerada y confiable, aunque incomprendida por la gente- son máximas poderosas y eslóganes para sus discípulos.

La estafa: la desaparición de Maharishi

El autor de un trabajo sobre hechos reales que tenga honestidad intelectual, solo publica una segunda edición cuando hay cambios sustanciales en el contenido del trabajo, generalmente años después de la edición original. Dichos cambios, y la razón y el propósito de ellos, se expresan claramente en el prefacio de la nueva edición, mientras que el prefacio de la edición anterior también se deja en el libro con el propósito de compararlos. La edición de tapa dura de La curación cuántica salió en 1989 y la edición en rústica en 1990. En la Introducción, Chopra relata sus encuentros con “uno de los más grandes sabios vivos”, que le impartió algunas técnicas antiguas que “restaurarían las habilidades para curar con la mente” (Chopra 1989, 2-4; también disponible online enhttp://skepticaleducator.org/wp-content/uploads/2015/03/IntroToFirstEd.pdf). En uno de los encuentros, el sabio le dice a Chopra: He estado esperando largo tiempo para sacar a relucir algunas técnicas especiales. Creo que van a transformarse en la medicina del futuro. Se conocían en el pasado remoto pero se perdieron en la confusión del tiempo; ahora quiero que las aprendas, y al mismo tiempo quiero que expliques clara y científicamente cómo funcionan. (2).

Por lo que dice, uno tiene la inequívoca impresión de que si no fuera por sus contactos con este gran sabio, Chopra nunca se hubiera encontrado con el “descubrimiento” descrito en su libro. De hecho, se siente en deuda con el sabio al que le dedica el libro “con todo mi corazón y las más profundas gracias al Maharishi Mahesh Yogi” (Chopra, 1989; también disponible online en http://skepticaleducator.org/wp-content/uploads/2015/03/Dedication.pdf). Como la influencia del Maharishi en el “descubrimiento” de Chopra es evidente a lo largo del libro, uno podría pensar que, al igual que un científico honesto, Chopra esta reconociendo las conversaciones que tuvo con el sabio y cómo esas conversaciones pueden haberle ayudado a moldear sus ideas. Sin embargo, ello sería pensar prematuramente porque el reconocimiento aparece solo hasta la décimo-cuarta edición del libro.

La décimo-sexta edición y las que le siguen (3) parecen ser la “segunda edición” porque contienen una sola página titulada “Prefacio a la Nueva Edición”. Sin embargo, la usual leyenda “Segunda Edición” ha desaparecido de la tapa. Más aún, al contrario que cualquier nueva edición, no tiene el prefacio de la primera edición. Así que… ¿Por qué escribir el prefacio para la “nueva edición”? Un cambio sospechoso en la nueva edición es que todas las citas del nombre del Maharishi fueron quitadas; los encuentros con él, que fueron el punto de partida de la curación cuántica, no se mencionan; las técnicas cruciales del “sonido primordial”, que eran “las terapias curativas más fuertes en Ayurveda” y se prescribían para enfermedades incurables como el cáncer, desaparecieron; no hay mención alguna de la revelación de “algún gran secreto” que haya tenido lugar luego del encuentro con el Maharishi; no se menciona cómo el Maharishi le enseñó a Chopra “cómo perforar la máscara de la materia”. Por lo tanto, el nuevo prefacio parece una pantalla de humo para que Chopra borre el nombre de la persona que le implantó la idea del libro en su mente.

Este borrado se manifiesta desvergonzadamente en las bibliografías de las dos “ediciones”. En la bibliografía de las impresiones anteriores del libro, Chopra escribe “Recomiendo enfáticamente los siguientes once libros, todos los cuales participaron en mi educación sobre estas fascinantes disciplinas” (Chopra, 1989; también disponible online en http://skepticaleducator.org/wp-content/uploads/2015/03/Biblio1.pdf). Dos de estos once libros son del Maharishi. En la bibliografía de la décimo-sexta edición y posteriores, también recomienda once libros, pero ¡solo figuran nueve! (4). Ustedes pueden imaginarse cuáles dos faltan. Dicha acción, que debería avergonzar a Chopra y su editor, y en un frenético apuro que solo puede atribuirse a charlatanes y estafadores que quieren ocultar la evidencia, Chopra borró toda huella del nombre del Maharishi y la influencia del gurú en La curación cuántica, pero se olvidó de contar el nombre de libros que permanecieron en la bibliografía.

La “segunda edición” ¿tenía cambios sustanciales en el contenido del libro? Aunque Chopra menciona el cambio en sus visiones en el prefacio de la nueva edición, no dice cómo el cambio afectó su contenido. De hecho, si comparan las páginas de la primera y segunda ediciones, como yo hice, encontrarán que prácticamente no hay cambios en el contenido exceptuando el borrado de cualquier referencia al Maharishi. Lo que hace que todo sea sospechoso es que no hay explicación alguna para cualquiera de estos cambios en el libro.

La metida de pata: “Explicación” luego de la muerte del Maharishi

Como colaborador habitual de The Huffington Post, Chopra escribió apresuradamente un artículo el 13 de febrero de 2008 (disponible online enhttp://www.huffingtonpost.com/deepak-chopra/the-maharishi-years-the-u_b_86412.html). Es importante examinar las partes más destacadas del artículo, como la narración de la turbulenta relación de Chopra con el Maharishi, especialmente porque el artículo está lleno de relatos de encuentros íntimos entre los dos, con extrañas afirmaciones que a menudo se parecen a milagros. Chopra comienza el artículo informando la publicación de su libro Perfect Health, en 1991, por lo menos seis años antes de conocer al Maharishi. No menciona su anterior libro, La curación cuántica, por lejos su libro más influyente, germen de la idea de lo que fue implantado en su mente luego de varios encuentros con el gurú. Ignora completamente que en 1985, inmediatamente después de sus reuniones con el Maharishi, renunció a su trabajo en en New England Memorial Hospital para fundar el Maharishi Ayurveda Health Center, en Boston (https://en.wikipedia.org/wiki/Deepak_Chopra). No menciona el hecho de que fue en este Centro donde tomaron forma sus ideas para escribir La curación cuántica (Chopra, 1989). No explica por qué cambió el nombre del centro a Ayurveda Health Center en las últimas ediciones del libro.

Chopra continúa: “Cuando estaba en meditación tuve una visión del Maharishi acostado en una cama de hospital con sondas intravenosas en su cuerpo respirando con un respirador”. Inmediatamente tomó un avión desde Chicago hasta (Nueva) Delhi y encontró al Maharishi exactamente como lo vio en su visión. Debido al grave estado del Maharishi, se decidió que viajara a Londres. Chopra toma un vuelo a Londres y hace arreglos para que el Maharishi sea admitido en un hospital privado. Mientras estaba parado fuera del hospital, mirando la ambulancia entre el tránsito, uno de los médicos acompañantes fue con la noticia de que el Maharishi había muerto súbitamente. Chopra corre hacia la ambulancia “levantando el cuerpo del Maharishi y llevándolo en mis brazos entre el tránsito de Londres”. Sin embargo, luego de veinticuatro a treinta y seis horas el asistente les informó que el Maharishi se estaba recuperando milagrosamente.

Pero la recuperación fue un tanto lenta. “Llegó un punto en el que el médico nos informó que (el Maharishi) tenía una anemia severa y necesitaba una transfusión de sangre. Cuando chequearon el tipo de sangre del Maharishi, resultó ser que yo era el único dador compatible”. Luego del hospital, el Maharishi fue trasladado a una casa de campo en el sudeste de Inglaterra donde “pasé horas cuidándolo personalmente”. El Maharishi estuvo fuera de circulación durante casi un año; pocos miembros del movimiento de Meditación Trascendental sabían dónde estaba. Luego de recuperarse totalmnte, lo llevaron en helicóptero a la pequeña villa de Vlodrop, en Holanda.

No está claro quién decidió llevarse al Maharishi a un lugar donde no lo viera nadie. Lo que está claro es que el permaneció en Vlodrop mientras Chopra “fue enviado, como uno de sus principales emisarios, en un vuelo de rutina… Donde iba me respetaban como a mi gurú, con ceremonias que rayaban la veneración”. En julio de 1993, Chopra fue a ver al Maharishi en sus habitaciones privadas para darle “sus respetos”, y el Maharishi dijo, “La gente me está diciendo que estás compitiendo conmigo… Quiero que dejes de viajar y vivas aquí en el ashram conmigo”. También quería que Chopra pare de escribir libros. Luego las deliveraciones llegaron a un ultimátum, “Me dio veinticuatro horas para que me decida”.

El 13 de febrero de 2008, cuando el artículo apareció en el Huffington Post, habían pasado solo ocho días desde la muerte del Maharishi y más de catorce años luego de que Chopra cortara relaciones con él en el segundo semestre de 1993. Chopra debía haber tenido el artículo listo cuando el Maharishi estaba en su lecho de muerte. ¿Qué motivos puede tener uno para esperar catorce años para contar una historia con tanto autobombo y tan íntima sobre una relación entre una persona y otra, y luego publicar la historia inmediatamente después de la muerte de la última? ¿Podría haber alguna intención de manchar los hechos?

Cualquier lector inteligente que no se ha dejado deslumbrar por el encanto de Chopra puede ver en el artículo del Huffington Post el poder de la lucha entre un viejo gurú y un discípulo conspirador que está tratando de robarle la congregación al gurú para beneficiarse personalmente? El lector también puede detectar el indignante intento de retratarse a sí mismo como un ser sobrehumano con un poder de cura milagroso, alguien que puede ver hechos que suceden a miles de millas. Por el contrario, un seguidor, cree cada palabra de la historia y la divulga a otros potenciales seguidores. Este es el público para el que Chopra escribió el artículo. Y este es el público que debería estar alerta acerca de su deshonestidad profesional.

La eliminación por parte de Chopra de todas las referencias al Maharishi en las últimas ediciones de La curación cuántica -independientemente de cualquier conflicto personal que él pueda haber tenido con el gurú- revela su falta de integridad profesional, de acuerdo con su propia admisión en las ediciones anteriores, de que sus varios encuentros con el Maharishi fueron los que lo inspiraron a “explicar, clara y científicamente, cómo (las técnicas de Ayurveda) funcionaban”. Y su explicación del conflicto, publicadas apresuradamente en el Huffington Post inmediatamente después de la muerte del Maharishi, es un signo revelador de su hipocresía profesional.

Parafraseando una famosa cita del fallecido Carl Sagan, los títulos de libros extraordinarios requieren un profesionalismo extraordinario. Este artículo ha documentado suficiente evidencia que demuestra que el profesionalismo de Deepak Chopra al escribir La curación cuántica, es de tan baja calidad que raya en la charlatanería.


Notas

  1. En la conferencia de apertura (https://www.youtube.com/watch?v=o-ijyqWzDrY&feature=kp) que Chopra dio en una reunión organizada por Salesforce en 2013, repetidamente menciona los nombres de varios científicos famosos, incluyendo a Newton, Einstein, Planck, etc., para convencer a la audiencia que la energía oscura y la materia oscura no solo son desconocidas sino también “incognoscibles” y que los científicos no deberían esconder la verdad. El videoclip en https://youtu.be/dA89wWI6ljo compara el mensaje de Chopra con otro poeta/profeta que también advertía sobre buscar la verdad y sirvió a los fines de pavimentar el camino hacia el Oscurantismo.
  2. Parece que el sabio estaba equivocado. Una técnica que de alguna manera está relacionada a la ciencia viene después de que se haya obtenido el conocimiento científico como prerrequisito. Uno nunca empieza con una técnica y luego solicita (o exige) una explicación científica. Es como si el papa le pidiera a un científico católico que ¡encuentre una base científica para el Ave María!
  3. No he visto la décimoquinta edición, así que no sé si el nombre del Maharishi está presente o no.
  4. Debido a que la “segunda edición” de La curación cuántica es solo una farsa, las fechas que aparecen en la página del copyright se refieren a la primera “edición”, o sea la de 1989 en tapa dura y la de 1990 para la edición comercial. Por lo tanto es difícil referir la “segunda edición” -que presumiblemente apareció en 1993 o 1994 luego de que Chopra rompiera con el gurú- de manera apropiada. Solo mirando el número de edición en la página del copyright uno puede anticipar si el libro contiene o no el nombre del Maharishi. En la trigésimo-cuarta edición que compré en 2013, Chopra no corrigió la bibliografía: todavía recomienda once libros y ¡hace una lista de nueve! Esta bibliografía se puede encontrar online enhttp://skepticaleducator.org/wp-content/uploads/2015/03/Chopras-bibliography.pdf.
  5. La fecha del post ha cambiado al menos una vez desde que la descubrí por primera vez el 2 de julio de 2011. El 18 de marzo de 2015, la fecha se cambió al 31/12/1969, 7:00 pm EST y el post parece haber sido actualizado el ¡17/11/2011! Hay una copia disponible en http://skepticaleducator.org/wp-content/uploads/2015/03/Deepak-Chopra-The-Maharishi-Years-The-Untold-Story-Recollections-of-a-Former-Disciple-.pdf) En mi opinión, 31/12/1969 7:00 pm EST es la época de algunas plataformas, y es el default al cual el sistema revierte cuando la fecha y hora de un archivo es ingresado incorrectamente.

Referencias

Chopra, D. 1989. Quantum Healing: Exploring the Frontiers of Mind/Body Medicine. New York: Bantam Books.

Einstein, A. 1952. The Principle of Relativity. New York: Dover Publications, Inc.

Hassani, S. 2010. From Atoms to Galaxies. Boca Raton: CRC Press.

Huizenga, J. 1992. Cold Fusion: The Scientific Fiasco of the Century. Rochester: University of Rochester Press.

Planck, M. 1918. Nobel lecture. Available at http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/physics/laureates/1918/planck-lecture.html.

Cómo estudiar cosas extrañas

supercherias_imposicon_manosPor: Frank Tocco

Muchos estudiantes están interesados en estudiar tópicos no convencionales. Existen estrategias para trabajar con estos estudiantes que incrementan sus aptitudes críticas y razonamiento analítico sin desencantarlos con la ciencia y las disciplinas tradicionales.

Como profesor de ciencias en un programa interdisciplinario para no graduados, suelo encontrar estudiantes que quieren estudiar tópicos que muchos de mis colegas encontrarían no académicos y ciertamente no científicos, como astrología, reiki, canalizaciones, tarot, homeopatía y percepción extrasensorial. ¿Qué puede hacer un profesor, trabajando en la tradición científica occidental, con ese tipo de solicitud?

Una posibilidad es explicar claramente al estudiante que esos tópicos “no son ciencia”, y que no irán a aprender nada investigándolos. Pienso que esto no lleva al estudiante a ningún lado y que es el tipo de actitud que hace que muchos de ellos teman afrontar intereses no convencionales. Esta posición también refuerza la incredulidad de los estudiantes en la ciencia, en los profesores y en la academia, una actitud que no será rebatida en los libros de tópicos no convencionales que ellos eligen.

Pocos años atrás, dejé de combatir a la “Nueva Era” en la educación. Me pregunté a mí mismo si habrían caminos a través de los cuales podría convertir la curiosidad de los alumnos en una ventaja académica. Estos estudiantes venían a mí con una enorme curiosidad y entusiasmo por estudiar e investigar. ¿Cómo podría yo maniobrar para convertir este interés en trabajo académico creíble, que también apareciera creíble y académico a mis colegas? Encontré que si encauzaba su entusiasmo creativamente, sería una oportunidad para que estos estudiantes puedan empezar a aprender ciencia, el método científico y el pensamiento crítico.

Desde entonces, he tratado de ayudar a los estudiantes a tomar materias en las cuales ellos estén interesados independientemente de cuán excéntricos puedan parecer desde el punto de vista de la academia tradicional. Los ayudo a convertir sus intereses en estudio tradicional eligiendo una aproximación analítica con la cual ambas partes queden satisfechas. A veces es fácil, pero otras tamtas se necesita de bastante creatividad. Mi primer paso consiste en preguntar a mis estudiantes si desean que su trabajo sea creíble. Para muchos, esta es una cuestión central, debido a que ellos podrían estar interesados en practicar la disciplina que desean estudiar. Para otros esto puede ser reemplazado por sus profundas creencias. Típicamente la cuestión de la credibilidad comienza a alentar una apertura hacia la idea de expandir su trabajo.

¿Es creíble estudiar materias extrañas?

Aún cuando los estudiantes deseen intensamente investigar tópicos no-convencionales, están a menudo desprevenidos de que podría no ser posible obtener créditos por estudiar estas áreas leyendo los libros y artículos escritos por sus “practicantes” y proponentes. Tal como están definidas por sus “creyentes”, esas áreas no son académicamente admisibles por las instituciones y facultades acreditadas.

Una estudiante me preguntó acerca de su tópico “Terapia de Polaridad”. Le dije que podría tomar cursos en la American Polarity Therapy Association (APTA), ya que lugares como éstos eran “legítimos y respetados” en un muy estrecho espectro de Universidades. Las universidades acreditadas establecen que lo enseñado en esas clases, aunque abierto a la crítica y corrección, es equívoco y no aplicable. Es lo mejor a lo que ha llegado el modelo analítico occidental, a través de completas investigaciones. Si alguien desea investigar algo no convencional, el desafío es transformar este estudio en algo riguroso y académico.

¿Cómo podemos conseguir esto? Una aproximación inicial es observar la materia no ortodoxa, a través de los lentes de una disciplina establecida, usando las bases epistemológicas y metodológicas, así como los estándares del sistema. Con este procedimiento, cualquier tema puede ser examinado y se convierte en creíble para los estándares académicos tradicionales. Por ejemplo, si observamos a la Terapia de Polaridad (TP) a través de los lentes de la historia, sociología o psicología, podemos usar estas disciplinas para prestar su credibilidad a nuestros estudios, haciendo legítimas preguntas investigativas tales como: ¿Cómo se originó la TP? ¿Hay diferencias demográficas en los pacientes que usan TP? ¿Las modalidades alternativas médicas satisfacen a los pacientes de maneras en que la medicina alopática no lo hace? Los estudiantes están frecuentemente intrigados por preguntas escolásticas relativas a sus intereses no convencionales.

Esta aproximación es útil en programas interdisciplinarios, donde los estudiantes necesitan créditos en una variedad de áreas. En mi trabajo, primero uso el estudio de las ciencias para conocer los criterios convencionales. En este caso, la cuestión podría ser: ¿Son las técnicas del TP científicas? ¿Cómo se compara la TP con técnicas médicas científicamente establecidas? Incluso los estudiantes que afirman que ellos “no están de acuerdo con la ciencia” son pasibles de hacerse estas preguntas para justificar sus creencias. La idea básica es proveer a los estudiantes de un método para examinar su tema como una persona objetiva y ajena a la materia, libre de inamovibles preconceptos inherentes a la exploración de un tema desde una perspectiva muy cercana.

Usando una lista de libros en oposición

Después de establecer una disciplina investigativa y sus correspondientes preguntas, se insta al estudiante a leer la literatura escéptica de su tema en cuestión. Son libros que pueden ofrecerles una desafiante perspectiva desde la cual examinar los tópicos no convencionales, profundizando sus estudios. Es útil hacerles leer algo que aparezca en un rango amplio del pensamiento crítico: cómo éste se aplica a las ideas no convencionales (ej, Gilovich 1991; Randi 1982; Schick y Vaughn 1995; Shermer 1997), aunque a veces es difícil para los estudiantes no orientados hacia la ciencia el fortalecer sus visión de las cosas a través de este tipo de textos. Como mis estudiantes trabajan todos en estudios independientes, y no en una clase, no tienen un instructor disponible inmediatamente para ayudarlos en el terreno intelectualmente difícil. En este caso, artículos específicos extraídos de antologías (ej., Frazier 1991) o artículos reimpresos de periódicos escépticos son más útiles.

Este material puede ser a menudo un ataque frontal a sus creencias, lo cual ayuda sólo con algunos estudiantes. Después de todo, la mayoría de ellos están interesados en probar que sus tópicos no convencionales tienen méritos académicos y validez última. En este caso, altero la aproximación, usando una antigua estrategia retórica para crear un argumento. Les explico que, curiosamente, los artículos y libros escépticos en realidad incluyen visiones potencialmente corroborativas acerca de las ciencias no ortodoxas. Estos recursos escépticos son un buen lugar para probar tópicos no convencionales, dejando a los “debunkers” hacer la investigación de fondo. Digamos que usted esté interesado en canalización y ha leído los artículos de Martín Gardner ha escrito sobre el tema. (ej., Gardner 1996). Por supuesto, el sentido de su retórica será en el sentido de desafiar a los médiums y canalizadores, sin embargo, para hacer esto más efectivamente , el autor primero explicará todo acerca de ellos, incluyendo la historia de la canalización, biografías de famosos canalizadores y sesiones de canalización sin explicar; porqué los canalizadores piensan que la canalización funciona, historias acerca de fraudes de canalización, ex canalizadores que han explicado canalizaciones fraudulentas, magos que han reproducido las técnicas de los médiums y psíquicos, y – muy importante – cualquier célebre o controversial – resultado que provenga de laboratorios convencionales. Todo esto sera seguido por citaciones de libros y artículos donde se podrán seguir sus fuentes.

Si los estudiantes están seriamente interesados en la canalización, Gardner quizá los salve de un frustrante día de búsqueda de libros básicos. Pueden repetir este proceso para casi cualquier tópico no convencional. Aún cuando estos autores escépticos frecuentemente demuestran la falsedad de estos temas, algunos de ellos son hallazgos hechos por científicos en reputados laboratorios de universidades. Los resultados de la investigación pueden ser interpretados de varias maneras y la metodología puede ser verificada o discutida. No hay razón por la cual un estudiante no pueda encontrar estos artículos y citarlos en respuesta a los escépticos.

Algunos educadores pueden protestar que estos estudiantes leen estos materiales por razones erradas. En mi experiencia, sin embargo, los estudiantes gradualmente cambian la manera de ver sus tópicos. Un individuo podría no alterar sus creencias fundamentales en la eficacia de la canalización, pero aprenderá que su verdadero valor y aplicabilidad no son obvios, y que el fenómeno puede ser simplemente causado por desconocidas causales naturales (ej. una imaginación muy activa). Esto lleva al estudiante a posteriores estudios. Más importante aún, los estudiantes, usando reportes escépticos y análisis en oposición y en apoyo a sus hipótesis, se han involucrado en el proceso de investigación.

Una vez que los estudiantes comienzan su investigación, es importante que salgan de la opinión de creyentes hacia una referencia académica.

La simple aparición de una información en un libro no significa que uno pueda acompañar la opinión o investigación y sustanciar con ello su posición. Por ejemplo, los estudiantes pueden citar la Biblia pueden ser usados agregándosele refutaciones y revisiones críticas. Esta distinción entre referencias válidas e inválidas pueden desanimar a los estudiantes que crean estar en el canal investigativo correcto, sólo para descubrir que sus fuentes son de dudosa reputación. para apoyar su tesis acerca de la existencia de, y aunque esto pueda comprar una minoría de lectores, los más no le darán valor como evidencia. Los libros que los académicos no encuentran creíbles

La conversación de Sandy con su pececito dorado

Sandy es una mujer intensamente interesada en la naturaleza y los animales. Trabaja en en un centro natural donde su trabajo consiste en llevar gente a caminatas y mostrarles la vegetación local, animales y la ecología del sitio. También es una persona que cree fervientemente que la gente puede comunicarse con los animales y que ellos, los animales, tienen algo interesante que contarnos acerca de nosotros mismos. Sus escritos a menudo incluyen anécdotas describiendo conversaciones con su pececito dorado.

Cuando pregunté a Sandy si ella deseaba aparecer como “creíble”, pude ver sus ojos brillar. “Por supuesto,” respondió. Debido a su experiencia con el público ella sabía cuán difícil es explicar las ideas en las cuales ella creía tan sinceramente. No fue difícil animarla a leer autores escépticos, así ella conocería “El otro lado de la historia”. Le sugerí leer a Schick y Vaughn “Cómo pensar sobre cosas extrañas: Pensamiento crítico para la Nueva Era”.

En una discusión informal en el medio del semestre, algunos estudiantes, todos envueltos en estudios no convencionales estaban sentados discutiendo los libros que habían leído. De pronto Sandy se lanzó a un histérico ataque contra “Schick and Vaughn”. Orgullosamente comentó a los demás que había leído todo el libro y continuó diciendo “Estaba tan frustrada. Quería decirles una o dos cosas a los tipos.” Estaba sentada en mi sofá y lo decía en voz alta, “Schick and Vaughn, ¿ustedes creen en algo? Muchas veces tomé mi bolígrafo y escribí cosas en el margen: sí, Schick and Vaughn, me gustaría verlos probar algo”.

Todos reímos de su arenga, pero yo sonreía contento en mi interior. Sandy estaba irritada por el libro, y probablemente no había recibido el mensaje completo que los autores desean transmitir, pero se había involucrado intensamente con el libro y sus ideas. Había sido un libro de tareas interactivo para ella, y sus lecciones y precauciones acerca de examinar creencias extremas se conviertieron en partes sutiles de su perspectiva, obvias en sus ensayos y análisis.

“¿Por qué debo guiarme por los escépticos?”

Esta frase es la forma en que un irritado estudiante, que trabajaba en Medicina Tradicional China, se quejaba acerca de considerar el punto de vista escéptico. Yo tenía dos inmediatas respuestas. Primero, se consigue a través de investigaciones una indicación de las debilidades de la materia en cuestión, así como las de las afirmaciones de los proponentes. Segundo, eso ayuda a establecer la credibilidad.

“¿A quién?” preguntó, como él no deseaba argumentar acerca de conceptos y energias que el consideraba no medibles. Le sugeri que habria muchas situaciones en su futuro en la que conocer la ciencia, el criticismo y el espectro completo de ítems detrás de su materia no convencional le sería de gran ayuda. Por ejemplo : 1) Con clientes que están tratando de elegir entre terapias no convencionales y medicina ortodoxa; 2) En congresos profesionales donde se hacen críticas a las investigaciones; 3) Al escribir ponencias; 4) Como protección, por si algún día alguien con poder decide que la modalidad no convencional que se practique es peligrosa y declarada fuera de la ley (suelo dar el ejemplo de las hierbas, bajo control gubernamental); o, 5) Para prepararse él mismo para entrevistas en los periódicos o radios.

Los mencionados son foros que no son usuales a los estudiantes en su situación presente pero que probablemente lo serán si permanecen en su campo no convencional.

Evidencia fuerte

Una vez una estudiante me dijo que ella no estaba interesada es discutir con escépticos, pero que ella quería encontrar “evidencias fuertes” para sus creencias, en este caso astrología. Yo concordé con ella que a mucha gente no le gusta asumir una postura adversa. Le precisé que ella no necesitaba estar familiarizada con todos los asuntos, aserciones, contraaserciones alrededor de la astrología para poder debatir con los escépticos. Revisar críticamente aserciones no ortodoxas no pasa, necesariamente, por el argumento, sino por la comprensión completa de lo que uno investiga, de modo que uno pueda articularlo clara y competentemente.

Los estudiantes se preocupan al incluir en un ensayo el punto de vista escéptico porque debilitaría sus posiciones frente al lector. En realidad, tendrá el efecto contrario. Incluir puntos de vistas dispares indicará que su investigación ha sido profunda, y que no ellos no temen los datos controversiales y disconformes. En la mayoría de los ensayos, no es necesario refutar completamente las hipótesis escépticas. Simplemente reconociéndolas, adicionará fuerza al argumento del alumno.

Le dije a la estudiante interesada en astrología que si ella estaba realmente comprometida con la búsqueda de “evidencias fuertes”, entonces no podía evitar examinar las perspectivas escépticas. Son los escépticos los que tratan de “ablandar” la evidencia no convencional. Por ejemplo, ella quería citar a un investigador astrológico. Le sugerí que lo haga y cite sus datos, opiniones y descubrimientos, pero que no lo tome en forma directa y literal. Hay que hacer algunas preguntas de escrutinio: ¿Es su trabajo refutable? ¿Cómo sabes qué lo es? ¿Cuáles son las razones por las cuales los escépticos cuestionan sus resultados? Si un estudiante está buscando una evidencia substanciosa, no puede evitar estas preguntas. Es la diferencia entre decidir que algo parece correcto, y saber que está correcto.

Mirar el lado escéptico de las cosas no debe alejarle al estudiante de su interés o trabajo primario. La pesquisa escéptica no debe ser algo que reconduzca al estudiante de su pasión; en cambio, debería enriquecer su trabajo. Aunque algunas veces la investigación nos exige examinar cosas que parecen llevarnos lejos del campo de estudio, es al final útil si este trabajo y tiempo nos ayuda a fortaceler nuestro análisis. Cuando sugiero a un alumno que mire el lado escéptico de las cosas, yo quiero decir: 1) Leer un artículo acerca del tema, escrito por un autor crítico; 2) Entrevistar a un investigador que no está de acuerdo con el enfoque del alumno; 3) Dar una mirada a algunos de las objeciones generales a las modalidades no ortodoxas; o 4) Leer un libro que los ayudaría a pensar críticamente acerca de tópicos no convencionales. Esto no es un compromiso extenso, sino simplemente un comienzo.

El señor Alablanca: apertura hacia lo no convencional

Trato de enfatizar con los estudiantes que tratan estudios no convencionales que traten su trabajo como cualquier proyecto convencional. Al hacer esto les dejo saber que estoy consciente de las complejidades del mundo que compartimos. Ocasionalmente, es provechoso resaltar situaciones donde vos, como instructor, estás enfrentado a un mundo misterioso, y luego sugerir las explicaciones ordinarias que estás considerando. La siguiente historia ayudó a una de mis alumnas, que estaba estudiando la inteligencia de los cuervos, a entender que yo podía relacionar sus ideas, y también formar explicaciones alternativas para fenómenos aparentemente inexplicables. Le dije:

 

“Estaba sentado, leyendo en la librería de física. En realidad, estaba mirando afuera, donde dos cuervos saltitaban en el estacionamiento. Uno de ellos giró hacia un lado y noté que tenía una visible zona blanca de plumas en la punta del ala. Cuando se dio la vuelta, noté que tenía la correspondiente zona en la otra ala. Cuando esta inusual ave voló, sus hombros dejaban un patrón asombroso de blancas pecas.

 

Días después, estaba en un edificio diferente, sentando en mi oficina, leyendo tu ensayo sobre la inteligencia de los cuervos. Vos afirmaste que, incluso sin evidencia científica, te dabas cuenta de ciertas cosas sobre los cuervos por intuición. Mientras leía, marcaba lugares donde yo pensaba que debías haber proveído evidencia corroborativa. Murmuré, ‘No, esto no sirve’ o ‘Esto no es convincente’, anotando mis comentarios al margen. De pronto, levanté la mirada y hacia fuera de mi ventana, la cual da sobre algunos techos. Allí estaba el Sr. Alablanca, sin equivocación alguna, posado sobre el techo afuera, ¡mirándome a través de la ventana! Se paseó por el techo un rato, como si no quisiese que me olvidara tan rápido de su presencia”.

Mi estudiante quedó impresionada por esta anécdota extraordinaria. Sin embargo, como le conté después, descubrí que el departamento de ornitología en el campus estaba marcando los cuervos de esa manera para poder seguirlos. No era coloración natural, y tal vez, ni siquiera el mismo Sr. Alablanca en mi ventana. Es útil para demostrar que tu intelecto puede ser amplio al pensar acerca de los límites entre lo real y lo imaginario, pero que la línea entre magia y ciencia no es siempre imposible de distinguir.

Hay algunos estudiosos, sin embargo, que creen que la demarcación entre la ciencia y la magia es completamente ambigua. En este punto de vista, ciencia es una narrativa, similar a cualquier mitología cultural. Esta crítica de la ciencia es un acercamiento para ser usado por estudiantes con estudios no convencionales en sus análisis. Después de todo, si la ciencia misma es construída sobre una fundación insegura, ¿cómo puede hacer alguna demanda epistémica en lo que ella clasifica como pseudociencia? Desafortunadamente, esta observación intelectual provocativa, a parte de ser confusa para muchos estudiantes, puede convertirse desesperanzadamente relativista, lo que es últimamente inútil para estudiantes que buscan credibilidad. Es necesario guiar a los alumnos con cuidado a través el camino de la desconstrucción científica, de modo que toda la teoría y pericia Occidental no sea abandonada.

 

Cariño pedagógico

Para aquellos de nosotros que hemos trabajado felizmente con ciencia y pensamiento analítico por años, es difícil de darse cuenta cuán frustrante puede ser para los alumnos el mirar ideas desafiantes. Los estudiantes pueden resistirse a opiniones que tienen el potencial de molestar su visión del mundo; aun si ellos se entregan a la búsqueda, puede llevar a descubrimientos molestosos acerca de ellos mismos y su mundo. Como educadores, es importante trabajar con estudiantes en un modelo orientado a procesos y desarrollos

No ayuda ser condescendientes o peyorativos con sus creencias profundas, aun si esas creencias parecen totalmente absurdas. Cualquiera que ha trabajado con alumnos que sostienen visiones no convencionales, o que creen en modalidades de cura aparentemente inútiles, sabe lo mucho que ellos sienten estas ideas. Es importante darse cuenta que los estudiantes que siguen tus sugerencias, pueden experimentar una crisis existencial menor. De repente no sabrán qué creer, y muchas de las cosas en las que ellos basaron sus vidas podrán verse inseguras.

 

Te corresponde, en esos momentos, ser un aliado.

Estudiando cosas que no existen

Es común entre los estudiantes acercarse a los educadores de ciencia con la intención de estudiar un fenómeno que el instructor no cree que exista. ¿Dónde esto te deja como guía en esta expedición académica no convencional? Recordá evitar la tentación de tratar de desconvencer a los alumnos de las cosas en los que ellos creen. El objetivo es compartir un proceso de pensamiento y cuidadosa investigación. Las preguntas y críticas de un instructor deben intentar fortalecer el enfoque del estudiante, no destruir su entusiasmo.

Tuve una vez una estudiante interesada en la astrología que me dijo, “esos científicos y escépticos son de mente cerrada, nunca cambian su opinión”.

Yo le respondí, “pero vos no sos de mente cerrada, ¿verdad?”

“Por supuesto que no. Yo no soy una científica”.

“Entonces, ¿estás dispuesta a cambiar tus creencias? ¿Estás abierta a la idea de que, quizás, la astrología es solamente mucho de pensamiento deseoso?
Ella pensó acerca de esto por un largo tiempo y finalmente dijo, “sí, supongo que eso es verdadera apertura mental”.

Yo había resaltado que si ella era verdaderamente de mente abierta, leería las objeciones escépticas a la astrología, y trataria de llegar a una decisión imparcial acerca de sus méritos. Esta es la intención fundamental de la buena ciencia.
Sin embargo, la apertura mental solamente funciona cuando es bidireccional. Para la mayoría de los estudios no convencionales, no existe una solución clara y completa a las preguntas que los estudiantes plantean. Lo mejor que podemos hacer como educadores es ayudarlos a trabajar y pensar diligentemente acerca de sus temas, así cuando sean retados por una objeción escéptica podrán dar una respuesta educada.

Agradecimientos

Quisiera agradecer a Judith Beth Cohen y Marjorie Farrell por comentar y revisar este escrito.

Referencias

Acerca del autor

Frank Trocco lidera estudiantes a los placeres y complejidades de la ciencia controversial, pensamiento crítico y escepticismo en el Lesley College, Massachusetts, y Vermont College, Vermont. Puede ser encontrado en: RFD#2, Box 801, Montville, ME 04941. E-mail: ftrocco@acadia.net

Piojos y Milagros

ANÁL1811-ykuaISIS ESCÉPTICO DE UN CIERTO EPISODIO DE INFESTACIÓN DE PIOJOS Y SU APARENTE SOLUCIÓN MEDIANTE INMERSIÓN EN AGUAS DEL TUPASY YCUA EN CAACUPE.

Lo que sigue fue remitido por Ricardo Montanía a Carla Fabri ante un comentario aparecido en su columna “La canasta mecánica”, en la cual ella afirmaba haberse liberado de piojos tras una inmersión en las aguas del Tupasy Ycua en Caacupe.
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La afirmación analizada consiste en un episodio de infestación de piojos en el cabello, según lo expresado era un hecho cíclico que tuvo su fin posteriormente a una inmersión en aguas “sagradas” en Caacupe. En realidad de entrada se puede afirmar que esta es una falacia lógica del tipo Post-hoc ergo propter hoc (ver en esta web “20 falacias lógicas”).

Esta falacia sigue el formato básico de A precedió a B, por tanto A causó a B, esto es asumir causa y efecto entre dos eventos sólo porque están relacionados temporalmente. Los dos eventos son;
A: la inmersión en el agua de Caacupe y el
B :la desaparición de los piojos,
Lo que se asume (gratuitamente) es que la inmersión ha causado la desaparición de los piojos, cuando que han podido haber muchos otros eventos que con mayor probabilidad pudieron hacer desaparecer los bichos.
Haciendo una analogía sencilla analicemos el resfriado común, este tiene un ciclo de 8 días durante los cuales se tienen constipación y algunos desagradables episodios febriles, luego la enfermedad remite, si durante ese lapso la persona infectada recurriese a cuanto médico tuviese a mano este no podría mas que darle calmantes y antifebriles, si al séptimo día la persona consultara a un curandero, homeópata o charlatán cualquiera y este le recetara alguna milagrosa cura el desprevenido paciente encontraría que al día siguiente de su “consulta” los síntomas de su enfermedad entrarían en franca remisión y a los pocos días desaparecerían totalmente con lo cual quedaría “probada” la eficacia de los métodos curativos del charlatán en cuestión.

Este es el típico Post-hoc ergo propter hoc. Para el caso que nos ocupa tengo la fuerte sospecha que Carlita no estaría precisamente desamparada con todos esos bichos en la cabeza, papá o mamá Fabri sin duda estarían aplicando algún medicamento, sustancia o método para eliminarlos, de la misma manera es evidente un componente Católico Mariano en los educadores de Carlita, el hecho de haber estado en aquel lugar y haberse sumergido en esas aguas así lo confirma.

Ya tenemos los elementos que necesitamos para efectuar nuestro análisis en este momento, que los bichos hayan desaparecido podría ser según se alega,
1. por un milagro, es decir una intervención divina que viole las leyes de la naturaleza para liquidar los piojos, pero también podría deberse
2. al éxito de cualquiera de los tratamientos piojicidas que, sin duda, en aquel momento estaban siendo aplicados a la cabeza de Carlita.
¿Cómo resolver esta dicotomía?, Creeremos en la milagrosa intervención divina para resolver este problema? o en la simple posibilidad de que un tratamiento antipiojos haya resultado exitoso? También pudo haber cambiado de escuela y los piojos ya no estaban allí el siguiente año.

Fieles a la mejor tradición científica recurrimos al famoso rasero de OCCAM (*) que establece que ante varias posibles soluciones de un problema la solución más evidente y simple es la verdadera. A esta altura ya tenemos clara la historia,…veamos…. ante los piojos que aparecieron en la cabeza de Carlita solícitos padres, sin duda, la habrían tratado con algún o algunos medicamentos o métodos piojicidas, tras esto ante la festividad de Caacupe Carlita viaja, con abuela creo que era, a la villa Serrana donde se somete al ritual de sumergirse en las aguas aquellas, los piojos ya semimuertos terminan por desaparecer de la cabeza de la nena, como esto ocurrió y dado el pensamiento mágico al que es muy dada la afectada por la infestación, piensa esta que el baño es lo que ha causado su “cura”, esta idea es alimentada por sus muy Cristianos y Marianos parientes lo cual refuerza la Fe de la niña. Todo esta tan claro, estoy en presencia de un milagro piensa la nena .

Resultado; varias décadas después Carlita aún recuerda con cariño el “regalo” recibido de la virgen azul, tan agradables son los recuerdos que se le ocurre poner en un periódico poderoso, en el que escribe, su vivencia para compartirla con sus lectores. Y luego aparece un maldito mata sueños como yo y se le ocurre plantear esta herejía.

Yo sé que este tipo de pensamiento mágico, establecer relación causal entre dos hechos sin tener las debidas pruebas, puede ser muy reconfortante, si a uno lo hacen feliz, pues allá puedes ir, pero al hacerlo público y hablar de efectos terapéuticos como has hecho en el diario la cosa cambia sustancialmente y se hace necesaria la debida refutación.
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(*) Fraile franciscano inglés del siglo XIV Guillermo de Ockham que utilizó el reduccionismo metodológico, en forma filosófica. Pluralitas non est ponenda sine neccesitate o la pluralidad no se debe postular sin necesidad. En su forma más simple, el principio de Occam indica que las explicaciones nunca deben multiplicar las causas sin necesidad. Cuando dos explicaciones se ofrecen para un fenómeno, la explicación completa más simple es preferible.
Si un árbol achicharrado está caído en tierra, podría ser debido a la caída de un rayo o debido a un programa secreto de armas del gobierno. La explicación más simple y suficiente es la lógica —mas no necesariamente la verdadera— según el principio de Occam. En el caso de árbol, sería la caída del rayo. Esta regla ha tenido una importancia capital en el desarrollo posterior de la ciencia.